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Como quien no quiere la cosa, o mejor sin querer queriendo, he llegado a una hermosa cifra: 500 artículos y poemas escritos
en esta larga etapa de jubilado impaciente, larga-larga porque no son dos días, casi siete años ya, y corta-corta porque ha sido como un suspiro, que así es la vida,
breve-breve.
Y aunque no quiero parecerme a Umbral, que a toda costa quería
hablar de su libro, cuando hay otras tantas cosas de que tratar, me ha parecido una bonita fecha a celebrar conmigo
mismo (me tomaré una copa a la salud de estas paridas mías) y con quienes tan
amablemente seguís mis escritos y algunos hasta os dignáis comentar: gracias,
gracias.
Pero la celebración mejor que se me ocurre es continuar en mi línea, tampoco uno da más de
sí, y siempre-siempre intentando
abrir ventanas para que entre el aire fresco en mis adentros con el mejor de
los deseos: invitaros a entrar no tanto para descubrir mis territorios como los
vuestros desde el impulso de mi leve voz.
Pues eso que seguiré estando aquí hasta que me canse o hasta que os canséis y
digáis por lo bajines: ¡ya está bien!
¡Hasta la vista!
2 comentarios:
Oye joven Ángel, que nada, que espero el día en que te tomes otra copa a la salud de otras 500 "paridas tuyas" ¿aceptas? pues hala...
500 rurales abrazos
Eso está hecho, y será un placer, gracias.
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