Estaba convencido de ello: en cada uno de nosotros hay materiales más
que suficientes para una gran novela, pues bien, si tú no lo estás te
invito a leer esta deliciosa novela Diario de invierno del escritor
estadounidense, Paul Auster, que se lee de un tirón, lo que no te
aconsejo, yo he estado tres o cuatro tardes con ella y como me daba
tanta pena de que se acabara tan pronto dejé para el día siguiente las últimas diez o doce páginas.
Claro que para ello se necesita la pluma de un buen escritor y éste lo
es. Auster se ha lanzado a tumba abierta a evocar episodios de su vida
ante la llegada de las primeras señales de la vejez y supone un placer
enorme degustar una prosa extraordinaria, por su frescura y viveza,
tras la cual late una gran maestría de los tiempos narrativos, un
análisis exquisito de todos y cada uno de los personajes, destacando el
de su madre a quien dedica treinta y tantas páginas de una ternura y un
dramatismo tan singulares como originales y un enganchar al lector
fuertemente desde la primera página a la última. Escrita en segunda
persona toda la novela, lo que a mi juicio es un gran acierto, como las
estupendas digresiones, los recovecos que siguen prendidos en la memoria
y la mirada hacia atrás desde un presente a las puertas de una vejez
inminente. Y destaca el personaje central, él mismo, rico, complejo y
que es analizado con una profundidad increíble y durante una gran parte
de la obra tomando como hilo conductor las casas y pisos en donde ha
vivido: la friolera de 21.
Nada de extrañar que se le
considere como uno de los grandes escritores americanos actuales y que
uno de ellos, Don DeLillo, haya dicho que “su obra brilla con
originalidad e inteligencia”. Esta novela lo atestigua. Había leído
otras del este autor que me habían dejado frío, pero esta me enganchó
desde el principio al final y me ha demostrado a las claras que domina
el lenguaje y la técnica de la novela a la perfección y que toda vida,
como decía al principio, posee un material perfectamente apto para
escribir una gran novela, naturalmente en las manos de un magnífico
escritor como éste, que ha recibido, entre otros, el premio Médicis y el
premio Príncipe de Asturias de las Letras.
Terminé de leer las
diez últimas páginas que me quedaban de nuevo recordando los momentos
más trascendentales o los más nimios del río de su vida para terminar
así:
“Tus pies descalzos cuando te levantas de la cama y vas a
la ventana. Tienes sesenta y cuatro años. Afuera, la atmósfera es gris,
casi blanca, no se ve el sol. Te preguntas: ¿cuántas mañanas quedan? Se
ha cerrado una puerta. Otra se ha abierto. Has entrado en el invierno de
tu vida”, ya sin saber si los personajes son reales o pura ficción, si
es una autobiografía, que es claro que sí, o estamos ante una espléndida
novela, lo cual no cabe la menor duda.
Por lo cual estoy
seguro de que en este invierno que ha iniciado saldrán muchas más obras
posiblemente más importantes y cuajadas, probablemente mejores. Fuerza y
dominio narrativos no le faltan y un estilo propio tampoco.
miércoles, 11 de septiembre de 2013
DIARIO DE INVIERNO de Paul Auster
Publicado por ÁNGEL DE CASTRO GUTIÉRREZ en 13:56
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario