sábado, 25 de mayo de 2024

MEJOR CALLAR QUE CONTARLO

 



Esta noche tuve que levantarme a las 3 de la mañana a tomarme la pastilla correspondiente, por dolor de estómago, dolor que se pasó y se trasladó al vientre con dolores más fuertes. Di un paseo por la casa, hice pis, y el dolor fue rebajándose hasta desaparecer del todo. Y me quedé pensando: decirlo, con cierto aire de queja lastimosa, como casi siempre, a Isabel y a mis hijas que este fin de semana estaban en casa, o callármelo. Y decidido: callarlo. Por la sencilla razón de que no es bueno, ni sano, ni sabio, levantarse de la cama cada mañana y el primer saludo sea la queja de los achaques que van a más y los dolores que van y vienen. Y mucho menos despertar al personal en horas tan intempestivas. No siendo grave, lo mejor es darlo de lado y pensar que así estamos hechos, de enorme fragilidad, con adversidades por doquier y no hay más remedio que aceptarlo hasta con cierta galanura, sinónimo de elegancia, y no estar dando la murga constantemente a los demás. Para qué y con qué sentido.
Ya sabes, y si no lo sabes o lo has olvidado, te recuerdo el relato budista en el que se cuenta que una mujer acudió a Buda con su hijo muerto para que lo reviviera. El iluminado le dijo que, para eso, ella debía ir a la aldea y conseguir un grano de mostaza en una casa donde no hubiera muerto nadie. Así fue cómo la madre descubrió que todos los hogares tenían sus pérdidas y que, por lo tanto, no estaba sola en su dolor. Aceptada esta realidad, fue capaz de enterrar a su retoño. Ley de vida, el dolor y la muerte nos ronda. Conclusión: Con frecuencia es preferible que la procesión vaya por dentro, en silencio y a solas.
Aprender a escuchar. Esta es una forma muy productiva de callar, pero requiere un esfuerzo activo. Además, como señala el periodista y escritor norteamericano Dan Lyons en su libro reciente “Cállate”: “Nada hace más feliz a la gente que sentir que la escuchan y la ven de verdad”. Pues eso, callar algunos momentos y discursos que no vienen a cuento para escuchar y mirar un poquito más a los otros.
https://youtu.be/AySBPCkGyyY?si=RgTE7aDXd_EEt31V Rita Payés - Nunca vas a comprender. Habrá que seguir la pista a estas dos mujeres, madre e hija.

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