jueves, 29 de febrero de 2024

LA MUJER DEL CAFÉ Y EL CHUPITO

 


Hay que detenerse y contemplarla con parsimonia y hasta delectación, hasta enamorarse un poquito de ella, como de las cosas que nos hacen felices y nos sonríen. Y esta mujer nos hace sonreír. Está celebrando algo con ella misma en su soledad más querida y mejor cultivada. Hace años quedó viuda y como toda gran mujer apuesta por la vida más que por la muerte en vida y hasta los recuerdos le sirven para potenciar más la vida y. para ello se prepara. Primorosamente peinada y coqueta, añadiendo al moño unas flores y vestida de fiesta, sin que le falte el collar de perlas, sin importar si son perlas preciosas o de bisutería, que a simple vista le da igual, ella está a otras cosas como celebrar el momento y eternizarlo. La forma de coger las cosas lo dice todo, no puede ser más que una mujer, los hombres no cogemos así el asa de la cafetera y la botella. Pero más importante está en la mirada, se le va derecha a la botella y se detiene en el fulgor de la bebida añadiendo una media sonrisa de pícara y buena Celestina, a favor del placer de la carne y sus alrededores.
Solo les di algunas de estas pautas en los dos talleres de lectura y escritura creativa, sin olvidar ningún detalle y contar la historia que nos susurra, nos canta y nos cuenta. Lo más importante, detenerse, enamorarse de esa mujer, meterse en su piel y describir la escena y contar la historia que se intuye de entre las mil historias que pueden darse.
De las cuatro tareas, esa tarde en los dos talleres, todos los participantes, mayoría mujeres, eligieron esta para recrearse y hacer el escrito obligado, menos una persona en cada uno de ellos que prefirieron escribir sobre otra de las tareas propuestas. A decir verdad, lo bordaron. Mucho mejor quienes se detuvieron en cada detalle, y hasta quienes se metieron en la piel de la mujer y escribieron en primera persona.
Solo queda, querido lector entrañable lectora, volver sobre la foto y quedarse con la mirada y la sonrisa, capaces de alegrar la tarde con una mirada chispeante, emocionada con lo que se avecina, y una sonrisa picarona. El momento es de lujo y la eternidad brilla en ese instante para quedarse para siempre en los adentros del alma.
Estos son solo dos párrafos, casi al azar, de los escritos de los talleres:
“... Está sentada en un sillón como una reina destronada, bien vestida y decorada, luciendo sus mejores joyas, con pendientes y collar a juego... su cara refleja alegría a través de su sonrisa pícara, sus ojos destellan estrellas de colores, su cuerpo esta relajado, su mente piensa que tiene que ahogar sus penas ahora que ya no es reina, y está dispuesta a darse un homenaje...”
“... ¡Qué a gusto! Ya me he quedado sola, en mi rincón de intimidad, así que en cuanto se ha ido, me he puesto como de boda, he sacado el vestido de encaje, me he colocado el collar de tres vueltas que me compré en Manacor, bien maquillada, como antaño, he sacado el juego de café de la vitrina, como si fuera Navidad, porque este acto requiere su glamour, hoy va a ser un día especial, por eso he sacado la botella, es un whisky escocés buenísimo, y unas gotitas con el café, me sienta divinamente, esto es el mejor vaso dilatador, las pastillas no me hacen nada, buena matraca me ha dado con los cuatro asteriscos que tengo en los análisis...”. Y así casi todos. Un gustazo.
https://youtu.be/3NFVLrAu1wc?si=5qRXqTWY9p_pmS7e Os Xoves de Códax 2017 | Sílvia Pérez Cruz & Uxía. 16 de febrero de 2024

No hay comentarios: