“El mundo hay que fabricárselo uno mismo, hay que crear peldaños que te suban, que te saquen del pozo. Hay que inventar la vida porque acaba siendo verdad”. Ana María Matute
No hay otra, o sí, otras mucho peor, que te lo den hecho y te hagan un ser inútil, caprichoso, veleta, sin juicio propio e ideas originales amasadas y acunadas en tu cerebro y en tu corazón, con lo que se perderá una de las cosas más hermosas de este mundo, ver florecer tus almendros que plantaste en su día, palpar con tu manos las cosas salidas del taller o del horno, contemplar de cerca y de lejos tus dibujos y tus cuadros, saborear, habiendo olido antes mientras cocinabas, tus recetas favoritas, leer y releer lo que antes no fue nada más que un folio en blanco y contemplar como resultado final que, a base de llenar, rellenar y tirar folios vas logrando unos escritos cada vez más dignos y hasta estupendos. Y si es niño como ese que juega, concentrado, ni se te ocurra hacérselo, porque es él quien lo debe hacer. Importa que sea él. Ya lo decía con su agudeza peculiar Oscar Wilde: “Sé tú mismo el resto de los papeles ya están ocupados” Así es y así debe ser: El mundo hay que fabricárselo uno mismo.
Uno mismo es quien debe tirar del carro, fabricar y colocar de buenas maneras y artes los peldaños para seguir subiendo, sabiendo que la meta está muy alta y hasta como la utopía, a la que nunca se termina de llegar, pero nos hace caminar y caminar que es de lo que se trata, y ahí está la profundidad de su existencia, desde las alturas ver mundo, contemplar paisajes, llegar hasta donde se deba llegar desde las posibilidades y potencialidades de cada cual. Unas para subir, otras, para sacarte del pozo y ¿quién es el majo que nunca ha experimentado que el agua le llegaba hasta el cuello cuando estaba hundido, sin ver forma de salir y palpar la impotencia, el desgarro y la desesperanza como alimento cotidiano, no creyéndose nada, ni confiando en uno mismo, que quizá sea el mayor de los pozos. Y como el asno caído al pozo y ve cómo asciende pisando la tierra que le echan desde arriba, en lugar de hincar con resignación la cabeza en el cieno y no hacer ningún esfuerzo aun sobrehumano. Así es y así debe ser: Hay que crear peldaños que te suban.
La propia biografía, la vida de cada cual, se va tejiendo día a día, tarde y noche, desde el primer año de vida claramente, cuando comienzas a dar los primeros pasos, sientes el gozo de estar erguido y pronuncias las primera palabras, que son una bendición, y así hasta que cumples los ochenta y más y ves que, aunque el camino se estrecha, quedan aún muchas caminatas y vivencias que nadie tiene derecho a despreciar o ridiculizar o minusvalorar. Reconociendo con gran gozo que estás experimentando placeres que nunca habías ejercitado o lo disfrutas incluso con mayor intensidad. Naturalmente, así es y así debe ser: Hay que inventar la vida porque acaba siendo verdad”.
Tres magníficas lecciones de la gran escritora Ana María Matute que yo he intentado aprender a base de darles vueltas y vueltas.
https://youtu.be/xOOUdhj6WfY?si=xE2ZJ29RJdH1wa_5 The Alibi Sisters - Vi Iz Dus Gesele (Yiddish)
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