Creo haber escrito más de una vez sobre la gravedad que significa la invisibilidad hacia el otro, hacia el ser humano, aunque habría que abrir el abanico e incluir al resto de los seres animados e inanimados, porque también es grave convertir en invisibles al río, al perro, a la encina y al Mar Menor.
La imagen impresiona y es de agradecer la mano y la mente del artista urbano, Kevin Lee, el pintor de esta obra que tituló “La invisibilidad de la pobreza”. El niño de la escalera nos interpela y nos señala: estoy aquí, como la mujer, igualmente del arte callejero, que tiene que romper la pared para hacerse visible, para clamar y decirnos que está ahí, que no podemos pasar de largo.
Qué tristeza nos dio a muchos el político madrileño que decía con un gesto patético que no veía a los pobres en su ciudad. Como da tristeza cuando nosotros pasamos sin mirar a todo lo que nos rodea y está clamando en el desierto de la indiferencia y la invisibilidad.
Donde veas
que un muro con trabajo se levanta
para quitar al hombre frío y miedo,
acércate y coloca unos ladrillos
calientes con el roce de tus manos.
Es la primera estrofa de un estupendo poema de Ángela Figuera “Donde veas”, que he recitado en multitud de ocasiones y puesto de tarea para componer un poema, y va abiertamente contra la invisibilidad, por ello repite el primer verso “Donde veas” en las seis estrofas de que consta el poema.
Contiene una estructura muy estudiada y certera:
Donde veas… a un hombre que levanta un muro…, acércate y coloca unos ladrillos con el roce de tus manos.
Donde veas que un labrador prepara el pan o el vino…, acércate y vuelca en el lagar sangre y sonrisa.
Donde veas que un hombre marcha solo, acaso ciego…, acércate y camina a su costado.
Donde veas que un joven ríe y besa a una muchacha…, acércate y deja un trozo del propio corazón junto a sus labios.
Donde veas que un niño llora o una madre…, acude en silencio y parte su pan y cuida a la lumbre.
Donde veas que el látigo o la espalda se levantan…, acércate y lanza un tremendo NO que salve el mundo.
Puedes buscarlo entero. ¡Es tan sencillo, tan profundo y tan poético…, que merece la pena leerlo y hasta aprenderlo de memoria. Y me dije muchas veces: ¿Cómo no bordar un poema paralelo llevados de la mano de Ángela Figuera? Y lo bordaron.
Pero a lo que íbamos, aunque estamos yendo, que es a darle vueltas en el cerebro sobre la tragedia de la invisibilidad en concreto para que pase por los territorios del corazón, la ayuda, la empatía, hacerse cargo del dolor de los que sufren o aportar el granito de arena que va con nosotros. Y sobre todo no mirar para otro lado: mirar, ver, contemplar… hasta que sean de los nuestros y hasta ojalá se conviertan en nosotros.
... La cita del 23 de julio: Iré a votar porque quiero estar al lado de El Cantar de los Cantares, El libro de buen amor, El Lazarillo de Tormes y la Celestina, Hipatia, Sherezade y la Pastora Marcela, don Quijote y Sancho, Montaigne, Galileo, La Ilustración, Beethoven, Madame Bovary, Machado y Lorca, Mariana Pineda, José Hierro, Stefan Zweig, Simone de Beauvoir, Thomas Mann, García Márquez, Edgar Morin, Nelson Mandela, Chaplin, Berlanga, el maestro de La lengua de las mariposas, el doctor Luis Montes, Carlos Cano y Miguel Poveda, José Sacristán y Javier Bardem, Antonio Muñoz Molina, Manuel Vicent, Sabina, Serrat y Rozalén, Irene Vallejo, Iñaqui Gabilondo y Silvia Intxaurrondo, Greenpeace, etc. etc.
Beethoven: https://youtu.be/pkXGtE8_cig. Triple Concerto in C major, op. 56
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