domingo, 16 de abril de 2023

PARA CUANDO ESTAMOS HARTOS DE TODO

 



“Uno dice que no espera nada… pero en el fondo siempre espera”. Lo copié y lo pegué a ver si nacían pensamientos gemelos a su lado… Me puse a ello y fueron apareciendo estos:
Es como el que dice que está harto de todo, y en cuanto le das la mano, un beso fuerte y un abrazo alargado, deja de estar harto.
Cuántas veces dicen todas las madres del mundo que están hartas y son, con diferencia, las que menos hartas están.
Tan harto se halla de la vida que está firmemente decidido a quitarse de en medio, y sigue así desde la friolera de años. ¿En qué quedamos?
Ya no puedo más… y se tira la vida tirando por el carro y la familia a cuestas.
Estamos hartos de todo y nunca es para tanto. Mentimos como bellacos.
Cuando el río suena, agua lleva, esa es la verdad, si no, no sonaría, y la verdad es que cuando decimos que estamos hartos, en el fondo algo nos está pasando, algo nos está sonando. Es un aviso, porque cuando el río suena…, agua lleva. Acaso haya llegado el momento de ir al médico, al psicólogo, al fisio, al….
Uno va y dice que no lo volverá a hacer y en cuanto lo acaba de decir está pensando cuándo será la próxima.
La próxima…, te vas a enterar, claman las madres, no tanto las abuelas, y unas y otras aguantan el chaparrón como pueden, y mejor aún lo aguantan las abuelas.
Las abuelas lo saben casi todo y por eso nunca dicen: de esta agua no beberé, este cura no es mi padre y estoy harta de todo.
Estamos hartos de la que está cayendo, olvidándonos de que siempre ha estado cayendo lo mismo y, a veces, mucho más. Nos empecinamos en mirar la paja en el ojo del que nos cae mal. Es eso.
Uno dice que mañana no volverá a pasar y mañana va y pasa. Somos débiles, frágil es la memoria y más débil la voluntad.
El abuelo no deja de decir que ya no espera nada y no hace más que esperar todas las tardes en el banco a que salga el nieto del cole y la vida le vuelve a sonreír con la mejor de las sonrisas, por lo que está deseando hacer la misma tarea al día siguiente con esperanza nueva que le da sentido a su vida.
Y uno habla y habla y habla… y declara que está harto de tanto hablar para nada y de tanto hablar pierde el hilo y se le va la fuerza por la boca. ¿No será mejor que hable menos, se pase al bando de los de enfrente y escuche más?
¿No será que pasar de todo no es más que una hipérbole sin fuste y estéril, ya que es imposible pasar de todo?
Dejaré de decir palabras vanas o, al menos, voy a intentarlo.
https://youtu.be/BDLdwMI8xXU P. Sarasate, Zigeunerweisen - María Dueñas / Robert Kulek (Formidable versión de esta jovencísima violinista, tiene 20 años y es un portento)

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