domingo, 19 de marzo de 2023

CUANDO LOS NIÑOS Y ADOLESCENTES SE SUICIDAN

 


Cuando los niños y adolescentes se suicidan, además de congelársete la sangre, uno se pregunta cómo hemos llegado a esto y está obligado a seguir preguntándose: ¿Dónde están los padres, qué es lo que hacen a qué dedican el tiempo libre y hasta dónde llegan sus ocupaciones mentales? Igualmente los profesores y maestros, el hombre de la calle y la sociedad entera que no salen a una, no salimos, a responder y tomar la riendas de su seguridad y su inestabilidad emocional, su necesidad de apoyo o consuelo, saber qué les sucede en todo momento, qué les pasa por la cabeza, por qué están tan tristes, tan apáticos, sin ganas de comer ni de ir al colegio, ni siquiera jugar con nadie, por qué no quieren seguir adelante y otear el futuro y para dejar en él su impronta única e intransferible
Y en estas me pongo a leer una entrevista de Noelia Ramírez a Francisco Villar de la que me quedo con una idea escalofriante desde el inicio, antes de comenzar las preguntas y las respuestas y otra llena de sabiduría y fiel a la cruda realidad: “Solo hay una cosa peor y más grave, que te digan que tu hijo ha fallecido: que la persona que más quieres en este mundo haya matado a la persona que más quieres en este mundo”, comienza a contar este psicólogo clínico de 46 años que lleva diez años como coordinador del programa de atención a la conducta suicida del menor. Y congelársete la sangre es poco. Y más cuando lees la cifra: En 2021 se suicidaron 314 menores de edad. Y que por cada suicidio consumado, hay entre 100 y 200 intentos de cometerlo.
La segunda respuesta del final de la entrevista es esta: “Hay que diferenciar las cosas para saber tratarlas. Mi trabajo es intentar doblegar esa supuesta libertad de elegir frente a un chico que me diga que quiere morir, porque lo que me está queriendo decir es que quiere matar una forma de vivir no matar la vida”. Ahí está la esencia del problema, no quiere ni aguanta el acoso escolar, hoy mucho más grave e insoportable que nunca, porque a través de las tabletas y los móviles no tiene descanso y no se reduce al solo recreo, ocupando todo el tiempo de clase, toda la tarde y noche, desde la casa de cada cual, y ya no es posible conciliar el sueño y tener ganas de nada y menos de enfrentarse a los monstruos del cole, esos que sus padres, que residen en el limbo de los justos, ignoran y no saben lo que tienen en sus casas. Este psicólogo ha dado en la clave: Quieren matar una forma de vivir, no matar la vida, porque la vida les está esperando anhelante, con tal de que no haya esos obstáculos insoportables en una edad tan frágil en donde abundan los energúmenos violentos sin una neurona bien puesta en el cerebro.
Es una llamada urgente a toda una sociedad que no debe permitirse este asunto tan sangrante e imposible de asumir.
https://youtu.be/MrVm9wKXi38 Monica Belluci – Malena (El vídeo y la música no tienen desperdicio)

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