domingo, 15 de enero de 2023

¿ES LA VIDA BELLA?

 


Salvador Pániker escribió que no hay que autoinculcarse la idea “estulta” de que la vida es bella. “La vida puede ser bella o atroz, o meramente anodina. Depende”.
Dejo a Pániker -leos sus diarios estos días- que ya ha hecho lo más importante con esa sola frase, para lanzarme a la piscina, a solas, y ahora yo soy el que debo bañarme, estar simplemente, contemplar el agua o hacerme diez largos.
Repitamos: “La vida puede ser bella o atroz, o meramente anodina. Depende”. Ese depende es genial, aunque los gallegos que lo usan mucho pueden conseguir que se te atragante un tanto el dicho, dicho a todas horas.
Qué duda cabe de que la vida puede ser, y lo es, bella, sin la menor de las dudas. Cuando todo te va bien, es todo de color de rosa, apruebas los exámenes, tienes éxito rápidamente, te casas con tu gran amor, tenéis hijos, buena casa y buena calefacción en estos crudos días de invierno, y la vida no te llega con enfermedades de todo tipo, nada de nada sombrío y materia de queja. La vida te es bella. Es bella. Nada que objetar, sino celebrarlo a solas..., y si es en compañía, mucho mejor.
Y no hay duda alguna de que la vida es muy perra, espantosa y hasta miserable. O puede llegar a serlo, que me da igual, puesto en la piel de quien la sufre así. Con solo darte una vuelta por los hospitales, las residencias de ancianos, y no digamos al espacio designado a los más dependientes, algunas chabolas no muy lejos del centro de tu ciudad, sin hablar de los países del tercer mundo..., basta para darte cuenta de que la vida es y puede ser de todo, menos bella. Dura, aciaga, indigna, atroz, sin vuelta de hoja. Y que de estar en ella te darían ganas, muchos días, de marcharte por la puerta falsa. Y no digamos cuando se te muere un hijo o una hija como en el caso de Pániker:
“Papá me encuentro muy mal, papá, me voy a morir”, dice ella, Mónica, la hija de Pániker. Y yo, (su padre); “No digas eso, que me haces daño”. Ella: “Pues no me voy a morir”. Pero el daño está hecho, y yo gimo solitariamente, se me saltan las lágrimas... Cualquier clase de dios desaparece. La enfermedad de mi hija es la cosa que más me ha hecho sufrir en esta vida. En esta condenada y aberrante vida... El sufrimiento a veces es tan intenso que no puedo hacer otra cosa que sufrir”. Quien lo ha sufrido lo sabe mejor que nadie.
O meramente anodina, que ya es desgracia, un poco como aquello de como no eres frío ni caliente te vomitaré de la boca del último libro de la Biblia, pero sin esas ínfulas apocalípticas. Pero sí, la vida puede ser anodina, y gris, y sin alma ni pasión, y casi hasta llegar a no merecer la pena, ni de conocerla ni de ser de su bando. Porque para qué una compañera que maldita la gracia... Ya te digo: ¿Es la vida bella? Pues mira: depende.
https://youtu.be/xqTxsuHAqFA Gal Costa - Tema India. Gal Costa, una de las grandes voces de la música brasileña, falleció el pasado noviembre a los 77 años en São Paulo. Está claro que con melodías como esta, uno se agarra a la vida.

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