¡Si derribas el muro
qué gozo en todas partes!
se sentirá en la tierra!
Y todo será nuevo,
como recién nacido...
Si derribas el muro
de todas las mentiras
¡Qué júbilo de amor
abierto sobre el mundo!
¡Qué horizonte sin nubes
en la curva del cielo!
Ernestina de Champourcín
Lo primero que llama la atención de este breve, pero espléndido poema de Ernestina de Champourcín es el comienzo, con un si condicional, pero dándolo como un hecho, un deseo cumplido, una acción deliberada que va a conllevar unas consecuencias inmensamente satisfactorias. Y sin andarse con rodeos la poeta nos conduce al final de la acción, sin importar si es fácil o difícil el derribo, a lo prodigioso de la caída del muro, las sensaciones y emociones que ello produce en los protagonistas: Qué gozo, qué lazo de palabras, subrayando el efecto con la anáfora-repetición al comienzo de los versos. En la segunda estrofa seguirá utilizando el mismo recurso literario: Qué júbilo de amor, qué horizonte sin nubes, sin olvidar que en esta estrofa se concreta la acción y la realidad y nos habla de un muro determinado: el muro de las mentiras.
En la brevedad nos sugiere todo un mundo de realidades, con solo dos ideas-fuerza: Si derribas el muro - qué gozo, qué lazo de palabras, qué júbilo de amor, qué horizonte sin nubes.
Y ahora sí, ya puedo ir a mi huerto de palabras y experiencias vividas o compartidas con los ciudadanos de este mundo con los que formo y conformo una patria-matria universal:
Me educaron colocando muchos muros, demasiados muros, en una mente infantil bajo los principios de una educación y formación demasiado reglada, demasiado férrea, poco liberal, nada abierta y muy anclada en épocas oscurantistas. Pero ahora ya puedo con Ernestina salir a la calle a gritar, cantar y compartir en libertad el gozo, el júbilo y los nuevos horizontes conseguidos. Y ver cómo todo es nuevo y mejor que lo anterior.
De esta misma mañana, recuerdo una frase que me impactó, leída en el periódico, pronunciada por la gran actriz, Magüi Mira, recordando los primeros años de la Transición, año 80: “Veníamos, dice, tutelados por una dictadura cruel que nos impuso un burka nacional”. Si esto no es un hallazgo literario y una definición definitiva, valga la redundancia, y excepcional de lo sucedido, que venga Dios y lo vea. Inmenso muro, un burka nacional, y después, qué liberación, qué gozo, cuántos nuevos horizontes. La democracia, con sus sombras, sí, pero con muchas más luces y como una pradera para correr y recorrer la vida en plena libertad.
Muros, muros, muros..., como el terrible muro de Berlín, que por fortuna fue derribado, el muro que intentó Donald Trump para separar Estados Unidos de México que, por suerte, abortó, los muros que se van haciendo añicos de los hombres que intentan poner en la vida de las mujeres y que se van derrumbando, las vallas de Ceuta y Melilla, muros de verdadera vergüenza que habrá que derribar, y tras su caída deberemos cantar y celebrarlo con los aires del poema de Ernestina de Champourcín:
¡Qué gozo, qué lazo de palabras, qué júbilo de amor, qué horizonte sin nubes cuando vamos derrumbando muros!
https://youtu.be/t1uFaA4JNhA MIGUEL POVEDA y NIÑA PASTORI cantan La leyenda del tiempo -Lorca-
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