
A veces se encuentra uno por el suelo, papeles-palomas, o en Facebook, mismamente, mensajes llenos de luz y buenas maneras que invitan a ser más luminosos y tener mejores usos y costumbres para ir por la vida ligeros de equipaje, y no precisamente a ciegas. Ya ha habido grandes, santas y buenas personas que han personalizado a la naturaleza y a los animales, hoy hay muchos que a los animales de compañía los tratan casi-casi como a miembros de la familia, lo que significa un enorme avance en el respeto a la naturaleza, en general, y a los animales, en particular; otros lo han hecho en el papel dotando a este de armonía y densidad poética en sus escritos, poemas y relatos, abriendo un cauce literario de mucha belleza. Por ponerte un solo ejemplo, excelso, te hago recordar el famoso poema de Machado “A un olmo seco”, un dechado de sabiduría, sensibilidad y altísimo valor poético. El olmo casi seco y viejo cobra vida al salirle unas ramas que le están hablando al poeta de que no todo está perdido y aun es posible la esperanza, y la rama reverdecida le lleva al poeta a esperar igualmente otro milagro de la primavera.
Si alguien va saludando a las plantas que crecen en el cemento, fíate de él, no es que esté loco, es seguro que no maltrata a los animales y cuida la tierra, y esa sensibilidad es fácil que le lleve a mantener su dignidad y respetar la de los demás, cuando llega a casa, a la oficina, al taller o a tomarse unas cervezas con los colegas.
Y saludar a las plantas es un decir, y un decir que va hacia dentro, para que al repensarlo aprendamos a admirar, contemplar serenamente, sacar lecciones desde la muy significativa elocuencia de la belleza en los lugares más inhóspitos y reacios a todo conato de vida, porque a pesar de todo es posible:
no todo se ha perdido con la muerte, porque queda al menos la memoria que te hace retornar al pasado y devolvértelo como algo nuevo,
no todo se ha perdido cuando todo se te ha venido abajo si tienes fuerzas suficientes de entre todas las flaquezas, y gente a tu lado que te echa más de una mano y aquello que más necesitas.
Ya lo sabes: No olvides de saludar a todas la plantas que crecen en el cemento, que no quiere decir otra cosa que: contemplar, admirar, echar agua y cuantas manos sean precisas, y cuando veas un papel escrito, dondequiera que sea, lee el mensaje, porque quizá lleve palomas que te ayuden a levantar el vuelo.
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