jueves, 17 de marzo de 2022

LA BUENA GENTE, ESE VERDADERO MILAGRO

 

 

 

 


Todo es fuente de inspiración si tienes el oído atento y el ojo avizor a cuanto sucede cerca y lejos. Esta primera ilustración es una de esas fuentes que a mí, al menos, me reconcilia con mis pensamientos y mis creencias de ahora mismo, que terminan siendo las más fieles adheridas a la piel. No creo en los milagros, creo haberlo dicho más de una vez, pero sí creo en los milagros de nuestras manos y de las manos, sobre todo, de la buena gente, en el mejor de los sentidos de buena gente, que venía a decir Machado, las buenas personas que se levantan cada día con ganas de barrer la calle, echar una mano al vecino, dar los buenos días al último de la fila de la institución donde trabajas, con no menos efusión que al director, presidente, jefe, amo de la cosa.

Milagro es en sí mismo el presidente de Ucrania que se está jugando la vida por los ciudadanos de su país, y de quien te puedes fiar, porque es todo luz frente a la negrura espesa de la noche más infernal que encarna su adversario Putin, criminal de guerra y genocida, aunque no coja nunca un fusil, y ojalá nunca toque los botones del horror.
Milagros-acción portentosa, esa ola de solidaridad que está creciendo en toda Europa..., la madre y la hija alemanas que salen con un cartel de cartón, escrito a mano, ofreciendo una habitación para una madre y un hijo y el de tantos voluntarios como los jóvenes europeos que se unen a la resistencia de Ucrania.
Milagro-gesto feliz el de la panadera, que no hay día que se le pase darte el pan acompañado de una sonrisa amplia y una despedida cálida y sonora.
Milagro-buena noticia, una vez más, a pesar de la división del Movimiento feminista, las multitudinarias marchas recorriendo las ciudades españolas, el 8 de marzo. Bravo.
Y todos los milagros-acciones maravillosas de andar por casa en zapatillas desde que te levantas hasta que te acuestas haciendo de la monotonía de las tareas cotidianas una sinfonía de buen humor, buen hacer, buen ritmo y la mejor de las armonías: el cuidado de los otros, los mil y un detalles para hacerles la vida más liviana y llevadera. Más la tarea acabada, el trabajo bien hecho, la obra rematada, hasta en sus pormenores..., me maravillan las últimas piedras de todas las catedrales que nadie verá nunca y están tan perfectamente colocadas como las que están a la vista de todo el mundo.
Llámalo milagro, porque lo es, dejando a un lado lo sobrenatural: “Suceso o cosa rara extraordinaria y maravillosa”, la heroicidad, una acción portentosa, un gesto feliz, la buena noticia, una acción fuera de lo común..., además de levantarte, poder abrir los ojos, como tal cosa, ponerte de pie, que sostengan tus pies diminutos todo tu esqueleto, y que funcionen de maravilla todas y cada una de las piezas de tu maquinaria humana. Milagros, sí, y sobre todo, la buena gente, en sí misma considerada, un milagro.
https://youtu.be/CDAC8s3QbGo "Angel" - Sarah McLachlan featuring the Sarah McLachlan School of Music Senior Choir

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