jueves, 10 de marzo de 2022

DOS MIRADAS - DiARIO DEL ATARDECER

 



4 de marzo

El lenguaje visual es bien claro.
Una se tapa los ojos avergonzada de ver lo que está viendo, de contemplar lo que está sucediendo en plena calle y a luz del día, en la vida pública y en la privada, a media luz, y conciencia en exceso frágil y debilitada por un entorno que se le escapan por el desagüe algunos valores fundamentales que dan sentido al vivir en profundidad y coraje. Y mira hacia dentro para sacar lo mejor de ella misma, lo que va a defender con uñas y dientes. Es casi lo único que le queda.
La otra, al revés, quiere seguir viéndolo todo, captar hasta los más mínimos detalles, que en el detalle leve, tantas veces, se juega lo más hermoso de la vida. Nunca olvidó la frase atribuida a Machado que aprendiera en su adolescencia: “Si eres capaz de explicar lo que pasa en tu calle, serás capaz de explicar el mundo”. Y siempre está atenta a lo que pasa en la calle, si sale humo por la chimenea de la vecinas, si es muy tarde y aún tiene la puerta sin abrir la de enfrente. Porque ¿cómo no va a preocuparse de ellas? Vive hacia fuera y es feliz viendo lo que ve, alegrándose del cantar y danzar de la vida, cuando esta tantas veces se pone de pie cantando, bailando y celebrando. Mirar hacia dentro y hacia fuera, tan importante...
9 de marzo
NO, de nuevo, AL MONSTRUO. No me hablen del infierno, por favor, el infierno no es como nos lo han pintado algunas religiones, tampoco son los otros como dijo el filósofo francés, el infierno, más bien, me parece a mí, y a muchos más, quiero creer, está, hoy, aquí: son las ciudades masacradas y arrasadas en Ucrania, bajo la dirección y el mandato de un asesino y genocida de la misma estirpe y condición de los mayores tiranos y genocidas que en el mundo han sido, causando el mayor de los sufrimientos, desolación y terror desde el más cruel e injusto desorden establecido por los poderosos de turno. No creo que exista mayor infierno en la tierra que es donde habitan y se gestan los infiernos. Ay, y te digo con mi admirado Manuel Vicent: “No preguntes por quién suenan estas sirenas, que anuncian un inminente bombardeo. Aunque se oigan muy lejos en las calles de Kiev, esas sirenas también suenan por ti, para que te pongas a salvo”. ...Y ahora que estábamos saliendo de la Covid-19 entramos en un pozo sin fondo del terror y la miseria de la guerra, de las guerras. ¡Qué terrible sentirse tan impotentes, e igualmente ante Siria y Afganistan, que ya hemos olvidado! Lo que no obsta para que el mundo entero detenga como sea tanta barbarie y tamaña crueldad. Me refiero al bombardeo, durante el alto el fuego, sobre el Hospital materno infantil. Era lo que faltaba. ¡Por favor, paren la guerra, como sea! Aunque me temo que también a nivel mundial sean impotentes.
https://youtu.be/LZn_JFIPMGo Iva Zanicchi - La Orilla Blanca, La Orilla Negra

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