12 de marzo
Esta imagen me lleva en volandas a los armarios más mimados de mi infancia, y puede que a la tuya, como todas las imágenes, palabras, olores y sinsabores, sabores y melodías de aquellos años de mil colores. Conforman la curvatura infernal, dobladas a la fuerza de un trabajo inhóspito hasta el vértigo y el dolor, confundidas con la tierra y su color, solo levantan la mirada para llevarse las manos a los riñones que se retuercen con muecas agrietadas y tratar de ver en la lejanía del horizonte la cercanía del final de los surcos y regalarse un reposo fugaz y tomar aire relajado. Era dura la tarea de sol a sol y frío de sementera, y eran muy duros y ásperos los trabajos para la piel fina de las manos y de la cara que se cubría con pañuelos para que no se resquebrajara en demasía. Se soportaba porque mientras tanto pensaban en el baile del domingo en el salón para todo, en los hijos de pocos años que habían dejado con la abuela o la vecina, la comida que tenían que preparar en cuanto llegaran a casa, la cama hecha a prisa, pero bien mullida las esperaba para el sueño del descanso y los sueños que la alejaban de esa realidad áspera y doliente, más el jornal que se unía a lo poco que entraba en casa.
13 de marzo CONÓCETE A TI MISMO
Es la famosa expresión que acuñara la sabiduría arcaica de Delfos que tanto éxito ha tenido y no mal camino para enderezar los pasos, encontrarse a solas con las luces y las sombras que todos proyectamos de nosotros mismos y el mejor de los proyectos para la mejora del mundo comenzando por lo más cercano. Lástima que no haya llegado con similar eco la rectificación que hiciera el dramaturgo Menandro, comediógrafo del siglo IV a. de Xto, escritor de más de cien comedias, aunque solo nos haya llegado una, amigo del filósofo Epicuro y del poeta Alexis: “Es más útil decir: conoce a los otros”, que yo tomo a conciencia, porque me parece más acertada. Estoy de acuerdo. Los otros son el mejor espejo donde mirarnos y bajo su luz conocernos, el mejor camino a seguir o desviarse porque no todo es oro lo que reluce, ni orégano lo que brota en el campo, y porque conociendo otros personajes se amplía nuestra mirada, salimos de nuestro ombligo, escuchamos otras verdades, otras voces, dejamos de ensimismarnos tanto en nuestro pequeño mundo, tantas veces miope y canijo. Pudiera tener razón Arturo Riptstein, el director de la película “La virgen de la lujuria”, cuando dice: “A nadie le gusta ser uno. La vida es pura nostalgia de la vida ajena”.
15 de marzo “HIJO DE PUTIN”
Nunca me gustó la expresión-insulto “hijo de puta”, porque siempre pensé que nada tiene que ver la pobre madre ajena a todo y muy poco con ese energúmeno al que te refieres de modo obsceno con burdo escupitajo, no hace justicia y ofende a las mujeres sin ningún sentido. Por ello he visto los cielos abiertos cuando Rosa Montero da por bueno y acertado el cambio que ha hecho un amigo suyo y que ella celebra en un buen artículo, como todos los suyos. Nada de hijo de puta de signo machista y zafio, sino el elocuente y resolutivo, que le cae a la perfección a ese personaje siniestro y genocida de la estirpe de Stalin y de Hitler y toda su descendencia y clientela feroz. Así que a partir de ahora, si me veo en la necesidad, jamás caeré en la tentación de decir “hijo de puta”, sino “hijo de Putin”, que es el cambio del amigo de mi admirada Rosa Montero. Y me quedaré más ancho que largo deseando que no crezca la simiente de semejante monstruo.
https://youtu.be/9Jid7FMlyrg Dance me to the end of Love (Pi-Air Design ) Leonard Cohen Danza. Una preciosidad.
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