Para los niños, como ese que sube la escalera, son absolutamente necesarios y de las cosas más sanas para el alma y el cuerpo, que son una misma cosa, pero también para ti y para mí, tengamos la edad que tengamos.
Porque, vamos a ver, si los sueños no tiran de nosotros:
¿Cómo salir de la rutina paralizante de la vida gris e insípida que nos rodea y asfixia a veces de manera inmisericorde?
¿Cómo seguir con la vista puesta en el muro de enfrente que nos acorta la mirada, impide ver el paisaje y no deja ver la hermosura de la vida que hay detrás de tanto ladrillo?
Los sueños, como la utopía, puede que algunos no lleguen nunca a realizarse, y aun así, porque su misión esencial no es que acudan prestos a la cita, sino que nos sirvan para caminar, darle alas a la ilusión, meternos en el cuerpo las ganas de salir del barro, la monotonía, el mundo plano, los usos y costumbres que nos apelmazan, nos hacen volver al pasado ya, en exceso, usado y manido, y no nos dejan contemplar las estrellas y admirar la belleza de lo que se puede encontrar siempre, con nueva mirada, a la vuelta de cualquier esquina.
Por ello, el mayor apoyo y el mayor regalo que podemos hacer, quizá no sea otro que ir regalando escaleras para subir siempre más, ayudar a ampliar la mirada, invitar a soñar otros mundos diferentes y nuevos paisajes humanos. .
Y por ello necesitamos como el comer además de ampliar e intensificar los sueños, abrir el abanico para no perdemos mundos desconocidos al alcance de las manos, nuevos alicientes para surcar los caminos que debemos descubrir y andar, precisamente andar, acabo de leer que le viene bien a las enfermedades del alma y la mente.
Y por ello, y por todo, y por imperiosa necesidad, necesitamos una escalera, o muchas, una mano, o varias, para la escalada y un clima más adecuado fuera del mundo tóxico del insulto, el barro, lo vulgar, lo mezquino, lo prosaico, lo chato y lo mostrenco... y huir de ello como de la peste, sabiendo que podemos estar a cuatro pasos de lo excelso y lo sublime.
¿Cómo entender la vida y milagros de los más grandes, de los realmente mejores, que en el mundo han sido y están en la mente de todos, sin grandes deseos, intensas pasiones, fuertes anhelos, sueños, planes y proyectos... y mucho placer de lo bien hecho y acabado?
Esto les asigna la psicología:
Los sueños incentivan la creatividad, entrenan la memoria, ayudan a digerir las emociones, nos ayudan a tomar decisiones.
¿Quién dijo, entonces, que dejemos de soñar? Pues ya lo ves: no se debe hacer caso de semejantes consejos sin base ni fundamento. Ojalá, el cinco de enero por la noche, nos traigan Los Reyes Magos a todos, incluidos los niños, claro está, una buena escalera para alcanzar grandes y hermosos sueños, bueno, los Reyes Magos, los padres, la pareja o las buenas amistades “mismamente”.
https://youtu.be/SxV3Jkdgcgk Julie en Camille Berthollet - Czardas - Monti - Podium Witteman
https://youtu.be/dTC_A5d1wuA Santana - Flor de Luna. Y para comenzar el año ¿qué te parece si nos echamos un baile virtual con este son de guitarra para empezar con buen pie el Año Nuevo?
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