domingo, 14 de noviembre de 2021

LOS SUSTANTIVOS, Y NO ES UNA CLASE DE LENGUA

 

El sustantivo es todo un mundo, un árbol gigante, un río caudaloso, una de las más altas montañas del lenguaje, contiene toda una especie, dices árbol y te vienen en tropel todos los árboles del planeta tierra, por eso fue tan importante dar nombre a las cosas y tan importante es el nombre de los humanos.
Entradilla suficiente para ir más allá y a mi aire:
Dices “mesa” y esta mesa de madera sobre la que escribes o cocinas te lleva a todas las mesas y a todos los árboles y a todos los bosques del ancho y largo mundo en ese viaje tan accidentado por el que han ido pasando. Si la mesa es de madera, claro está.
Dices “hombre”, dices “mujer”, y ahí están todos arracimados, formando una gran familia, plural y diversa, la tuya, la mía, la nuestra, y mal que te pese, que parece que sí, a veces, todos son de los nuestros, todas son, de alguna manera nuestras, por eso es tan grave y miserable agredirlas. Una gran familia, a veces rota, ay, y un tanto desencajada, pero familia.
Dices “Dios”, y están todos, los tuyos y los de los demás, que pareciera que no se parecen en nada, y no es verdad, porque son el mismo en el caso de existir, y ya he dicho más de una vez que no te pongas altanero, y menos fanático, diciendo que sí, por supuesto, enviando a la hoguera o al infierno al que no cree, o proclamando a todos los vientos que no existe, naturalmente, porque ¿quién lo sabe a ciencia cierta? Menos humos Caperucita, menos humos.
Dices “pan” y ahí se condensan todos los panes del mundo, pero con harta diferencia, dolorosa desigualdad, unos tienen mucho, casi lo tienen todo, lo tenemos todo, y a otros no les llega ni para un frugal y mísero desayuno.
Dices “flor y atardecer y pintura y ternura y río y vencejo y canto rodado y caballo y pensamiento” y aparece en la pantalla de tu biografía toda la belleza, los momentos de mayor agrado, el contacto y el diluirte en el paisaje, tu tierra que te vio nacer y de la que sigues enamorado, y satisfechos de tener decentemente ordenada la mente y en buenas forma los sentimientos.
Dices “libro” y detrás está tu maestro, tu maestra, y todo lo que vino después. Dices “azadón, carro, bodega, cebada y trigo, tierra y viñas, cocina, matanza, comidas...” y están todas las generaciones que te han precedido comenzando por la más importante y cercana: tus padres y abuelos.
Dices “casa” y está esta de ahora que te cobija y guarda tus sueños, como las 15 o 20 por las que has pasado en tu vida y han ido dejando sus huellas, y tú en ellas, y las bien cimentadas o las no tanto que se las lleva el primer huracán o la riada, y en estos momentos, cómo no tener presente a todas, que son muchas, las de La Palma, que ya no es una isla tan bonita, ay, aunque ya es más de todos.
Sustantivos, ya te dije que no iba de clase de lengua, más bien de vida, la tuya y la mía, y la de todos los sustantivos que las sustentan.
https://youtu.be/w-iBgr-4EfI Barro tal vez (Luis Alberto Spinetta)/ Cande Buasso/Paulo Carrizo
https://youtu.be/uuFkm95ts4c Saint-Saëns Introduction and Rondo Capriccioso, Op.28 - Bomsori Kim
Dos melodías bien distintas, pero deliciosas.

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