jueves, 15 de abril de 2021

POR DURO QUE SEA

 



No hay piedra que se resista a las manos del hombre y de la mujer, a su imaginación y a cuanto quieran dejar como huella y como impronta de su personalidad. Si tuviste un padre, lo tuve, como Dios manda, te lo diría y acaso sin palabras, con su ejemplo te demostró durante toda su vida que no había piedra que se le resistiera porque ponía sus manos, su coraje y su hechura de hombre en las tareas que se traía entre manos.

Así que no nos andemos con rodeos o circunloquios, que viene a ser lo mismo, y no engañemos a nadie, ni a nosotros los primero, dejando para mañana lo que podemos hacer hoy. Si hay que hacerlo, mejor hoy que mañana. Y si de puntualidad se trata, me repito, ya lo sé, pero hay que insistir, no debes llegar un cuarto de hora tarde a la cita, por respeto al otro o a la otra, que si son como son, y lo somos, algunos me consta, estamos como un clavo a la hora fijada.
¿Sabes que, para mí, mis escritos mejores, suelen ser aquellos en los que me bloqueé y me parecía que no merecía la pena seguir, pero que cuando he vuelto a la tarea y he insistido, han quedado como los chorros del oro?, claro que a mi gusto, y perdón por la inmodestia. Todas las piedras son moldeables. Fíjate, si no, en el David de Miguel Ángel, los velos sobre el rostro y el cuerpo en algunas esculturas, que “transmiten una expresividad y misterio fascinantes, aparte de una explícita sensualidad”, al decir de los críticos, o estas humildes piedras del cantero y escultor gallego. Todo es moldeable, la piedra, el mármol, el tiempo, las ideas fijas de tu mente y la mía. “La piedra cambia, se altera su naturaleza y la dureza del material se vuelve maleable, flexible, líquida”, se ha dicho de las esculturas de J. M. Castro López. Lo que me vale para mi discurso en el que me he metido: Cómo no va a alterar la naturaleza el que, con todos los derechos del mundo a su alcance, necesita cambiarse de sexo, porque la naturaleza en él o en ella cometió un error de alto calibre, y la altera, como modificamos el cauce del río cuando se hace por causa más que justificada, y cómo no cambiar de ideas y hacerlas maleables, flexibles, líquidas, simplemente porque la ciencia avanza, o tú eres distinto hoy de hace 20 años, y tienes derecho a cambiar, o lo que se hizo por costumbre asilvestrada toda la vida, va siendo hora de que mudes de costumbres ancestrales que ya no se sostienen de pie, o te metiste en un partido o en una secta o en un iglesia o en un club y te das cuenta, enseguida o con el tiempo, que se han pasado, que no estás casi de acuerdo en nada y te preguntas un día, ¿qué hago yo aquí?, y pones los pies, por fortuna y a tiempo, en polvorosa.
Y se hizo el milagro en la piedra, en el mármol, en nuestro cerebro, en nuestras costumbres, en nuestra vida que parecía de piedra, cemento armado... y constatamos felizmente que todo puede ser moldeable, flexible, y mucho más humano.
https://youtu.be/kn1gcjuhlhg HAUSER - Adagio (Albinoni)

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