jueves, 1 de abril de 2021

GRIETA DE LUZ ENTRE DOS ETERNIDADES

 


“Nuestra existencia es una grieta de luz entre dos eternidades de oscuridad”. Nabokov
Sería poco menos que absurdo, y por eso no lo hacemos, estar quejándonos y llorando amargamente, porque antes de nacer no éramos más que nada, ni siquiera ceniza y polvo, menos aún, nada, y si no absurdo, poco razonable que en vida estemos angustiados y penosamente quejosos y apesadumbrados porque después de la muerte no seamos más que ceniza, y a lo sumo, polvo enamorado, que cantara el poeta. “Nuestra existencia es una grieta de luz entre dos eternidades de oscuridad”, dijo Nabokov, el autor de Lolita. Hay frases, como esta, que están tan bien hechas, tan bien dichas, que dan ganas de decir, llevados por la comodidad, que ya está dicho todo. Y nunca es cierto. Un buen verso encierra muchos más, una frase da pie para otras muchas, un libro siempre abre las puertas para surcar caminos nuevos. Así es siempre la buena literatura. Ya lo decía Joan Margarit, el gran poeta catalán, último premio Cervantes, recientemente fallecido: “Si está bien hecho, en un poema hay mil poemas”.
Pues bien, en lugar de estar pensando y perdiendo el tiempo en el antes y en el después vengamos con inteligencia y pragmatismo a lo que podamos tocar con nuestras manos y pensar con nuestra mente de homo sapiens, deleitarnos con la visión que tenemos delante de los ojos, y aunque sea una grieta puede ser luminosa, mucho más que esa, en medio de la llanura, el cemento o el asfalto, pero con una flor maravillosa y unos colores fascinantes, tales como las de la imagen que da pie a este escrito junto con la frase del escritor ruso. Y quedarnos aquí en esa grieta, en nuestro tiempo, antes de nacer lo tenemos asumido y no solo no nos trae de cabeza, sino que no le dedicamos ni una milésima de segundo, pues de igual forma después de nuestra muerte, en el mejor de los casos que sea lo que Dios quiera, si crees: ¡Una nueva vida!, y si no, pues la misma nada como antes de nacer. En todo caso, no creo que merezca la pena darle demasiadas vueltas, y bueno será tratar de aceptar que nuestra existencia es esa grieta que ha dado lugar a un ser único, que no es poco, y en aspectos, extraordinario, una flor bellísima en el entorno más duro e insospechado, algo así como nuestras vidas Y celebrar la luminosidad de la flor, el instante eterno en la memoria: días y noches, amaneceres, veranos esplendorosos y las generosas cosechas en el otoño de cada cual..., porque lo normal es que haya habido muchos momentos excelsos, los seguirá habiendo mientras el cuerpo aguante y la mente siga en pie y despejada.
Quince días antes de morir el cantautor, Pau Donés, del grupo musical Jarabe de Palo, ante Jordi Évole, se despedía de la vida que él había amado tanto, una grieta de luz y cante, y hubiera deseado quince o veinte años más, qué menos, pero no pudo ser. El cáncer pudo con él. Pero ha tenido suerte, porque su grieta sigue entre nosotros y podemos seguirle escuchando. En su despedida nos regaló esta frase: "El odio no lleva a ninguna parte, la vida son cuatros días y tres ya han pasado". Gracias.
https://youtu.be/WUo7tQOvapE J S Bach Jesus bleibet meine Freude BWV 147 Ton Koopman

No hay comentarios: