“En mi país la lluvia no sabe llover”, Raimon.
“Hay gente con la que hablas un minuto y retrocedes un siglo. Y si te despistas en la conversación, en cinco minutos, estás en plena Contrarreforma y montando autos de fe a todo lo que se mueva”. Manuel Rivas
Admiro a este gran escritor gallego y me alegro mucho de que le hayan concedido el Premio Nacional de las Letras 2024. Muy merecido. Tenía guardada esta frase con la que estoy, lógicamente, de acuerdo. Pero me da pie para hacer otra lectura, es lo que tiene un buen escrito, que nos lanza por ese y otros caminos muy diferentes. Veamos:
Hay gente también, que..."con solo decir una palabra / enciende la ilusión y los rosales”, que es lo primero que me viene con ese inicio de verso largo, como dijera este otro poeta a quien admiro, igualmente, Hamlet Lima Quintana, y me lleva ligero por esa pendiente.
Hay gente que te lleva como en volandas a un futuro de leche y miel, armonía y alta compostura, en donde habita el lobo con el cordero, y desearías con ardor que uno de izquierdas con otro de derechas gestionaran las cosas de un Gobierno en donde reine la honradez, aunque en su fuero interno cada uno vaya donde más le guste y busquen y gestionen en serio el bienestar de la ciudadanía.
Hay gente que estira de la piel de tu alma para que no tenga arrugas llegando a un acuerdo rápido de que estas son las que importan, inmensamente más que la del rostro, así la queja, la ignorancia, la mala leche, el cinismo, la doble moral, lamentables arrugas del alma.
Hay gente que le pides un favor y le has ganado a la causa de la solidaridad de por vida y está siempre allí donde te es útil.
Hay gente que dando lo mejor de sí, y es mucho, son luz en tu caminar: siempre habrá un cantante, un escritor, un camarero, un mediocampista que trabaja el balón para que otro se luzca, un cartero, aunque ahora, de tarde en tarde, te traiga alegres misivas, un barrendero que te enseña a ir por la calle con humildad y no se le caen los anillos por barrer la suciedad y la cochambre de todos.
Hay gente que saca lo mejor de ti y que te obliga a estar agradecido el resto de tu vida y a hacer mejor las cosas cada día.
No, no y no, me niego a ello, no todos son iguales, no todos somos iguales, hay diferencias enormes atendiendo a la personalidad, el comportamiento, el nivel distinto en todos los sentidos. Está claro que hay gente y gente.
Nota no tan al margen: Escribo esto el miércoles, día 30 de octubre, cuando solo hay una noticia triste y trágica que recorre el país sobre “una de las peores catástrofes ocurridas en la historia reciente de España”, en Valencia y Albacete, 95 muertos, que muy pronto serán más..., y territorios devastados, montones de coches para la chatarra, casas derruidas, y mucha gente que desborda su solidaridad en ayuda de las víctimas dándonos un ejemplo extraordinario; y uno se pregunta: ¿seguirá otra gente, a estas alturas de la gota fría, a finales de octubre, lo nunca visto, negar el cambio climático? Cuando pase todo, que tardará en pasar, habrá que responder, eficazmente y con urgencia, a multitud de preguntas sobre el origen de la tragedia y lo que va a la raíz de lo que nunca debió hacerse y lo que sí debe tenerse en cuenta como prevención y dar y atender con rigor y seriedad los avisos de la Agencia Estatal de Meteorología. Y para siempre muchas lecciones de solidaridad de vecinos y de muchísimos voluntarios, entendimiento del Gobierno de la Comunidad de Valencia y el Gobierno Central, aleluya, y el buen servicio de muchas instituciones, junto a algunos saqueos y pillajes indeseables. No hay duda: gentes y gentes.
https://youtu.be/cewafWSMwYg?si=_MapdUiMN_jSpSNP Soledad Pastorutti y Lito Vitale - Oración del remanso
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