miércoles, 4 de septiembre de 2024

¿CONVERSAMOS O NOS COLUMPIAMOS?

 





¿Qué nos está pasando que cada vez conversamos menos? ¿Por qué abundan en exceso las soledades con el móvil de única compañía, los monólogos sin dejar espacio al otro y a los otros, y los soliloquios sin que nadie pueda entrar al trapo porque solo se lo monta él o ella sin posible entrada a conversar? Releo un interesante artículo sobre el tema de Irene Vallejo, extraigo y subrayo algunas de sus ideas y añado en buena lid y conversación obligada y fecunda mis propias ideas al respecto. Lo titula de entrada “El don de la conversación”, lo que es un claro acierto, y lo defenderá con uñas y dientes y el buen estilo del que es experta. Se pasea por la historia como es su gusto y se detiene en Sócrates “el primero en sostener audazmente que dos personas pueden aprender interrogándose mutuamente y examinando las ideas heredadas hasta detectar sus fallos, sin atacarse ni insultarse”. Y algo más adelante. “En el siglo pasado, filósofos como Martin Buber o Emmanuel Levinas pensaron que, en esencia, somos seres de encuentros: el yo emerge del diálogo con un tú, el otro, el diferente”. Añadiendo que la conversación real es la mejor herramienta para derribar barreras en un mundo tan desigual como enfrentado, y que el aislamiento prolongado daña la salud y, si perdura en el tiempo, puede derivar en estados de angustia.
Es la conversación, claramente un don, pero a la vez una imperiosa necesidad para salir del pozo de la soledad, la angustia, la egolatría y querer pasar por la vida sin el apoyo de los otros, su palabra, sus valores y su verdad.
Se agradece su afán didáctico que nos lleva con elegancia al fondo y esencia de las palabras: “De hecho, escribe, “conversar” proviene del latín versare, “girar”. Se refiere a convivir, converger, pero también cambiar, darse la vuelta en compañía. De alguna forma, con-versar es una actividad de calado político y poético -tejer versos con otras personas-. En lugar de trenzar palabras vivas, nos agazapamos tras nuestras caras pantallas para no hablar cara a cara. Los teléfonos nos silencian más a menudo que nosotros a ellos”.
Por lo que sería bueno que atajáramos el problema en lo que estamos una inmensa mayoría: Lo primero, estar de acuerdo con Irene Vallejo de que conversar es un don, y podemos añadir, en segundo lugar, la importancia de considerar y respetar al que tenemos en frente o al lado, y no gritar ni exponer los temas con excesiva vehemencia, que apabullan y crean mal clima, muy mal rollo, porque no viene a cuento tanta pasión, en esta caso inútil, lo característico de la tertulia bronca en lugar de la tertulia amable, en la que no rechaza y aporta matices; poner en orden las cosas y darles el lugar que deben ocupar, las pantallas múltiples, como la tele, el móvil, etc; decir lo que creemos que debemos decir y dar paso y dejar espacio al otro que no está de puro adorno en la tertulia y es seguro que tendrá mucho que contar si se le deja y se le invita cortésmente o con simple delicadeza, que nunca es tan simple. Y es cuando fluye de buenas maneras y cordialmente la tertulia.
Y un por favor más, a muchos tertulianos, decirles que deberían no estar tan pagados de sí mismos, no mirar al otro por encima del hombro, no chillar, no expresar muecas, risas feas y de mal estilo, cuando no se está de acuerdo, pensar antes de hablar, no repetir lo que viene repitiendo programa tras programa desde la Transición, o más allá, y una vez que ha dicho lo que creía debía decir, cuando hablen los otros guardar un sagrado silencio y no robarles su tiempo y menos hablar en paralelo que convierte la tertulia en un charco de ranas y un lugar de grillos estridente..., que vale para ellos y para nuestras tertulias.
https://youtu.be/mTqUy_CrTG4?si=jpx2N7AXaCAGOrTN O'Carolan`s Lament (Turlough O’Carolan) - Sophia Schambeck Bass Recorder

2 comentarios:

jubilación viene de júbilo dijo...

¡Buenas tardes, Ángel! Cuánto me alegra que continues y además en la misma línea...Creo que el mundo se sostiene estre otras- pocas pero importantes- razones por personas capaces de conversar ya sea desde el corazón, las acciones o las palabras. Como tú. ¡Conversar!, ¡Conversar!, Conversar! Mucho ánimo y ten la seguridad de ser importante para muchos.

ÁNGEL DE CASTRO GUTIÉRREZ dijo...

Mil gracias, un abrazo fuerte