sábado, 24 de agosto de 2024

EL DESTINO Y EL CAMINO

 



“... con esperanza, paciencia y silencio,
vencieron el destino”. Hölderlin
Un poeta, Hölderlin, nos regaló estos versos impagables sobre el destino: “...con esperanza, paciencia y silencio, vencieron el destino”, y el filósofo Josep María Esquirol, sentenció: “vencieron al destino porque... no hay destino” Y otro de los más nuestros, Antonio Machado nos lo cantó en la voz de Serrat: “Caminante no hay camino...”
No le demos vueltas, no existe el destino, ni existe el camino. El destino no está escrito porque nadie de nosotros está predestinado, ni a la gloria ni al infierno, ni al triunfo ni al fracaso, sin miedo a la libertad está en nuestras manos buscar instantes de gloria y felicidad a la espera de su encuentro glorioso; no está el mañana escrito, está abierto el cuaderno para que lo escribamos o que lo vivamos, que es todavía mejor; nuestros nombres no están marcados en las estrellas, y el camino tampoco está ni diseñado ni hecho, somos nosotros mientras andamos cuando lo vamos diseñando y haciendo. Y no te confundan, hay quien nace rico y muere pobre, y al revés, quien suspende en los primeros cursos y cuando madura destaca y llega a genio sin inmutarse. Son las circunstancias las que cambian.
Ello nos da alas para creer más en nosotros, que en los hados, los profetas, adivinos y aquel maestro de infeliz memoria que te dijo que tú no serías nada. Y coraje para lanzarnos a la aventura mientras vas transitando por la vida haciendo senderos, caminos y autopistas. Porque en nosotros está la energía y la fuerza para luchar contra el destino que no es más que un fantasma de nuestra mente debilitada por los hados, los profetas, los adivinos o la vecina de enfrente que te da matraca todas las mañanas sobre el discurso negativo y romo de que no somos nada.
Betrand Russell decía que para ser feliz hay que tener la fuerza suficiente para cambiar las cosas que puedes cambiar, resignación para aceptar las que no vas a poder cambiar y sabiduría para distinguirlas.
Y el mismo Josep María Esquirol le dedica un interesante capítulo en su último libro “La escuela del alma”, del que ya hablamos, que podrás profundizar a partir de estas perlas:
“No somos esclavos de un poder metafísico superior, o de la predestinación...
Cada uno es alguien y está convocado a no dejarse llevar, y a responder por sí mismo...
Ser alguien es lo mismo que darse cuenta de que es origen, inicio...
Ser inicio significa hablar, escuchar, estudiar, relacionarse...
Ser inicio significa sentirse capaz...
Ser origen... El sol es origen porque sale y se levanta. Cada uno de nosotros es también origen, como el sol, nace y se eleva, es decir, se hace alumno...
Ser inicio significa responder a la situación, poder responder, poder prometer, poder cuidar, poder estudiar, poder resistir, poder combatir, poder crear, poder construir, poder reposar...”
No lo olvides, yo intento no olvidarlo, somos el inicio del camino que nos está esperando para ser recorrido y vivido a solas muchas veces y, no pocas, en compañía.

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