miércoles, 28 de agosto de 2024

35 AÑOS SIN DAR PERAS, PERO...

 


Uno que no cree en los milagros-milagros, cree firmemente en los milagros de aquí abajo y de andar por casa, pero maravillosos, lo propio de los milagros-milagros. Y si no quién y cómo se entiende que el peral que tenemos detrás de la casa, plantado hace 35 años, regalo de unos amigos, por primera vez en su vida, tal es así que creíamos desde siempre que era estéril, tiene 11 peras, unas muy hermosas y con pinta de muy sanas, y algunas otras con manchas oscuras. No sé si algún día madurarán y nos dejarán probarlas los pájaros que periódicamente hacen sus visitas impertinentes. Me encantaría comer alguna y saboreando su calidad celebrar el suceso. 35 años, estéril, y este de 2024 nos brinda este manjar, verdadero milagro, acontecimiento maravilloso de la naturaleza pródiga en ellos.
Todo sucedió así: hace cuatro o cinco días, mirando al peral que apenas miro, me hacían los ojos chiribitas, no sabía si lo que veían era una hoja especial al brillo tenue de la caída de la tarde u otra cosa, una pera no podía ser porque estaba seguro de que este peral daba hojas, pero no peras, hasta que me acerqué más, detuve la mirada, y eran peras, para mi sorpresa enorme, dos, tres, cinco..., persistí hasta constatar el milagro y pude contar once buenas peras brillando al sol de la tarde. Ha crecido a lo largo, cual ciprés “enhiesto surtidor de sombra y sueño”, en lugar de hacerlo como todo buen árbol frutal hacia los lados. A comienzos de la primavera habrá que podarlo como los cánones mandan.
Nadie sabe lo que podemos dar de sí, nadie lo sabe y nunca, hasta que el milagro aparece, pues hay quien brilla al principio de su vida con luz propia como una gran estrella y después se va apagando y quien pareciera estar apagado, y lo está, por los siglos de los siglos, amén, de pronto se ilumina, da calor, vuelve a una vida espléndida y sorprendente para todos y gran alegría para muchos. Algunos maestros todavía no se dan cuenta de que el crecimiento es muy dispar, y quienes están en el furgón de cola un día podrían estar, y lo están de hecho conduciendo como nadie la locomotora de sus vidas de forma brillante.
La esperanza es esa virtud tan necesaria para no dar por derrota lo que puede llegar a ser una victoria extraordinaria, te estás muriendo de dolor y al cabo de unos días resurges de las cenizas como el Ave Fénix, no das por tu vida unos miserables céntimos y al cabo de una no larga temporada estás celebrando la vida con champán y alegría inusitada.
Ya sabes, los milagros existen, no existen, pero haberlos, haylos, como el de este peral que estuvo 35 años sin dar nada, o ese mal estudiante que renqueaba cada curso y algo después despuntó como los que más y llegó muy lejos. Hay que esperar.
Nota no tan al margen: Hace nada más que un mes la victoria de Biden sobre Trump estaba en la cuerda floja y con Kamala Harris todo ha cambiado casi milagrosamente, hay partido, hay esperanza, con ella hay un futuro infinitamente más decente, más amable, más justo, y un mundo “plural, multicultural, mestizo” como alguien ha señalado convenientemente. A mí, al menos Kamala me enamora y Trump me repele por su forma de pensar, hablar y actuar. Bienvenidos los milagros de estas características. Como mi peral.
https://youtu.be/7Sw3LNC10GI?si=TDQRtJUg6fGKqJqx Papirosn - yiddish song - klezmer band "Inejnem"
https://youtu.be/kONNGE1muUA?si=xId9nTouD-DJzPsV Santiago Klezmer Band - Papirossen –
https://youtu.be/mu9xjZyOvAw?si=xS97iRjXvUvKhV4x The Alibi Sisters - Papirossen (Yiddish Song) Tres versiones por el precio de una, y no me canso.

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