¿Dudaba el Eclesiastés cuando afirma: “¿Quién sabe si el hálito del hombre sube arriba y el de la bestia desciende abajo, a la tierra?
Parece que sí, aunque la propia Iglesia decretara, motu propio, siempre asistida por el Espíritu Santo, dice ella, que el libro estaba inspirado por el mismo Dios, y por lo tanto su palabra es palabra divina. Parece que sí dudaba y ya sabes que la duda se halla en los prolegómenos de toda sabiduría. Solo el necio cree que lo sabe todo y además alardea. Dudaba hasta el Eclesiastés.
Si he acudido al él es porque el arranque de uno de los breves ensayos de Maguerite Jourcenar en su libro “El tiempo, gran escultor”, que releo en estos días, lo adjunta para hablar del alma-hálito de los humanos y de los animales y de la consideración y el respeto que les debemos a estos, más que el dominio absoluto sobre ellos. Se adelantó a los tiempos esta magnífica escritora y nos limpió los caminos del pensamiento para poder transitar con mayor seguridad y claridad.
Porque cuando un caballo se recrea en sus saltos, piruetas al aire, y se lleva los vientos por delante ¿no se está recreando en lo que hace y como lo hace, con alta autoestina de sí mismo, complaciente de que le observen al tiempo que obedece a la voz de su dueño? Y cuando tu perro te mira sin pestañear ¿no se está uniendo a ti en cuerpo y alma para que estés a su lado, le saques a pasear, camines con él largo trecho sin abandonarle, le acaricies, le dejes que te acaricie hasta el infinito porque él no se cansará nunca? Y así por todos ellos, unos más que otros, es cierto, me pregunto: ¿solo son polvo y ceniza, sin que les asista ningún derecho o algo similar, si te pones muy purista, y no son también, al menos, polvo enamorado que dijera el poeta de nuestro barro, y ceniza luminosa, al menos en tu memoria? Dime cómo tratas a los animales de compañía o ayuda en el trabajo y me atrevería a decir quién eres, aun en el supuesto, que es mucho decir, que no tengan alma-hálito de vida-aliento-aire-brisa-espíritu... Recibí la lección de mi padre, amante apasionado de los animales, sobre todo del caballo y las mulas. No puedo olvidarlo, ni debo.
Y después de ese comienzo espléndido nos regala la síntesis de un cuento extraido de “Las mil y una noches” en donde se cuenta que la tierra y los animales temblaron el día en que Dios creó al hombre, ya nos imaginamos por qué, porque lo hemos visto de forma meridiana en nuestros días, cuando nos encerró la pandemia en nuestras casas y se notó que la tierra respiraba y con ella los animales con mayor libertad sin el dominio excesivo de los humanos.
Y se pregunta la escritora, y nosotros con ella, si amaba el autor del Eclesiastés a los animales cuando se preocupaba por el camino final de sus almas, y cuando Leonardo da Vinci liberó a los pájaros presos en un mercado de Florencia, y cuando una mujer china, hace mil años, al encontrar en un rincón del patio una enorme jaula con un centenar de gorriones –sú médico le recomendaba que comiese cada día los sesos de un pájaro aún tibios-, abrió de par en par las puertas de la jaula...
Pone en tela de juicio, como nosotros mismos lo hemos hecho mil veces, si el mandato de Jehová a Adán sobre el dominio de la tierra y los animales, antes de la culpa, significaba un dominio absoluto sobre ellos como dueño, señor y rey de todo lo creado, o más bien protector, árbitro, moderador y nunca tirano.
Y aboga por una “Declaración de los derechos del animal” si bien duda, dado que la “Declaración de los derechos del hombre” no ha eliminado las injusticias, el desorden, la crueldad, las guerras..., no pudiera suceder algo semejante, dejando claro que se ha avanzado y animando a que seamos subversivos en el sentido de poner otro orden que conlleve mayor compasión, menos costumbre de matar a unos y a otros y cambios propios de otra vida mejor. De entrada, y de salida, es bueno preguntarse lo mismo que el Eclesiastés. Y seguir dudando. Pero mientras tanto ir a lo esencial: el buen trato a todos los humanos y a toda bestia.
https://youtu.be/gNmto8XIL5Y?si=W_jjafzkucHZauFy Vetusta Morla - Corazón de Lava (Video Oficial)
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