jueves, 14 de enero de 2021

DOS POSTURAS ANTE LA VIDA

 


No hace tanto escribí un artículo, aquí mismo, con el título: “No todos son iguales”, poniendo ejemplos de todo tipo del espectro social, y vuelvo a la carga. Esta misma mañana me han salido al paso dos ejemplos paradigmáticos y preclaros sobre el mismo tema. No todos son iguales. No todos somos iguales.

La famosa periodista y encargada de trasmitir en directo las Campanadas de Nochevieja, Cristina Pedroche, licenciada en Administración y Dirección de Empresas y diplomada en Turismo, ha declarado que está "intentando escuchar lo menos posible para ser feliz". Y digo yo, ¿no será que no admite la multitud de críticas muy razonables ante el esperpento que ven y juzgan con todo derecho y libertad de expresión, la misma, al menos que ella para hacer de su capa y su cuerpo un sayo? Siempre más de lo mismo y a peor. Y así no hay forma de progresar y aprender. Quizá es que no ha entendido que la escucha es un arte con el que progresa el ser humano y nos hace más inteligentes y mejores personas. Pero no insisto en ello, no merece la pena, aunque me la dé. Porque quiero destacar otra actitud y manera de ser y comportarse bien distinta, la de Iñaqui Gabilondo, que esta semana nos ha dado una triste noticia a sus seguidores ¡tantos! y que tanto admiramos: deja sus comentarios políticos de lunes a jueves en la SER, y solo aparecerá los lunes en la misma Cadena, en una tertulia, principalmente, ha dicho, para escuchar a los jóvenes que tanto tienen que decir, algunos, al menos, y contar lo que muchos están ya haciendo. Su hartazgo ante el ruido y la polarización de la política española ha sido en parte su decisión, además de la edad, porque se ve más no estando que marcando el paso y la pauta que tantos esperábamos cada mañana y tanto apreciábamos. Esto es lo que pretendo destacar, un sabio de las Ondas, maestro de maestros, se va para escuchar, siempre lo ha hecho, pero ahora quizá crea que es más importante escuchar que hablar y quiere prestar el oído a lo que viene, más que a lo que se aleja cada vez más hacia el pasado. Estas han sido sus palabras:
"Esta mañana vengo a despedirme. Cuando alguien de mi edad se hace a un lado, pocas explicaciones hacen falta", ha señalado y reconocido estar "empachado" por la polarización política. “Creo que sé defender mis opiniones, pero cada vez me cuesta más tenerlas, cada vez me cuesta más afinarlas. El enconamiento partidista y la superpolarización han construido moldes de respuesta rápida, argumentarios para la exaltación, pero no me van, francamente. Para sumarse al día a día de una lucha tan encarnizada hacen falta unas fuerzas que yo ya no tengo y una fe que flaquea. Después de tantos años hablando, quisiera concluir mi vida profesional escuchando a los jóvenes que están haciendo cosas, que son muchos". Le entiendo y le comprendo.
Empachado, cansado y harto de este clima inaguantable, como nos sucede a tantos, y se va desde la humildad “se hace a un lado” y desde la sabiduría “para escuchar la voz de los jóvenes”. Rápidamente añadí mi comentario brevísimo al de tantos otros: “Lo siento mucho, para mí siempre ha sido un inmenso maestro y un gran referente, gracias, Iñaqui”. Muchos de los otros añadían comentarios en esa línea de pesadumbre y admiración: “Gran periodista”, “grande entre los grandes y maestro de periodistas honestos”, “echaré de menos su cordura, su objetividad, precisión y elegancia frente a tanto pseudo periodista incendiario y creador de bulos”, “un gran periodista y una gran persona”, “lo mejor de lo mejor en periodismo”, “gracias, Gabilondo, por el periodismo comprometido con la democracia y el buen hacer...” y más y más. ¡Qué menos! Gracias, Iñaqui Gabilondo, muchas gracias.
https://youtu.be/0bec-8vaKvA Camille Thomas – Donizetti: L'elisir d'amore: Una furtiva lagrima. Como es muy breve, ahí va otra delicia, también breve: https://youtu.be/qT_Q4n-Zp-8 Camille Thomas – Mozart. Absolutamente adorable todo cuanto toca esta mujer.

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