viernes, 7 de agosto de 2020

 SIGUEN HABLÁNDONOS

¡Y dicen que las cosas no hablan! Algunas gritan desde su silencio, no hay más que poner el oído. Ahí están, son los sillones y otras cosas que nos han dejado las personas fallecidas en los últimos meses, y hablan. Así nos lo enseñó la gran Rosalía de Castro. Escucha el rumor que nos llega de lejos:

Dicen que no hablan las plantas, ni las fuentes, ni los pájaros,
Ni el onda con sus rumores, ni con su brillo los astros,
Lo dicen, pero no es cierto, pues siempre cuando yo paso,
De mí murmuran y exclaman:
—Ahí va la loca soñando”.
- El sillón de la fotografía está vacío porque a su dueña, Laura Caballero, le llevó esta maldita pandemia de millones de demonios que asola el mundo. Era el lugar desde donde veía la tele, pero murió a los 88 años el 23 de abril. Ese sillón, naturalmente, sigue hablando.
- Otro sillón similar es el que tenía su padre, y sigue vacío y lastimado desde que se fue sin poder decirle adiós, llevándose los últimos secretos y el abrazo más entrañable.
- Es su abuela, a la que sigue viendo dos meses y medio después de irse, sin poder recibir su último beso que sigue dando al aire de su aire, porque mucho de ella sigue entre las cuatro paredes y algunos pocos muebles.
- Murió en la cama y su cadáver, dicen las crónicas, fue velado por su compañera de habitación hasta cuatro interminables días. Esta dice que murió como un pajarito desfondándose ella sola. La cama no ha sido todavía ocupada..., y habla sola.
“Cuando el teniente coronel de infantería al mando del batallón de emergencias entró por primera vez en las residencias de ancianos se encontró desesperación, angustia y caos”. Y hasta aquí llega el lamento de las paredes, las sillas de ruedas y los andadores.
- José y Mari Luz, era un matrimonio al que el virus no les perdonó la vida y se fueron, nadie sabe a dónde. Mari Luz el dos de abril, José, dos días después. La última visita de uno de sus hijos fue el 26 de marzo y vio y oyó tocar el piano, un tanto desafinado de la residencia, a su padre. Al día de hoy aún se oye el lamento de sus notas. Tocaba una composición “lírica y melancólica” del francés Paul de Senneville “Mariage d’amour”. Ya adulto perdió la vista, pero con la ayuda de la ONCE aprendió a usar el bastón, a leer braille y a recuperar su vieja afición por la música. Se compró un piano y tocó hasta sus últimos días. ¡Cómo no va a hablar el piano si las plantas, fuentes y pájaros de Rosalía hablaban!
Nota no tan al margen: “Una sociedad que no cuida a sus mayores es una sociedad enferma”, Víctor Aparicio, sanitario de la Comunidad de Madrid. Oído en la radio, en el programa de Ángels Barceló, esta misma mañana.
https://youtu.be/FoCG-WNsZio Mariage d'Amour - Paul de Senneville || Jacob's Piano. Una exquisitez. Por todas ellas y ellos. Y de forma especial para María Luisa Camino Jimeno, que acaba de perder a su padre.

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