Siempre ansiando ver el cielo, o ir a él, y está aquí, en la cara de ese bebé, de una felicidad absoluta, que pareciera estar surcando el séptimo cielo, si no más arriba. Por no decir el rostro del abuelo que se ha ensimismado tanto dentro del nieto, que si fuera por él se quedaría así toda la eternidad, porque no se imagina, ni puede, un cielo mayor. Así, chocando risa contra sonrisa. O la alegría desbordante de la chica de la bici dejándose llevar por el viento... No des demasiadas vueltas, ni te vuelvas loco o loca: está aquí, a tu lado, dentro de ti, en el interior de los otros, en el hondón de las cosas, siempre que pisamos el territorio de la ternura, dejamos que haga nido el perdón, aprendemos a dar abrazos largos y apretados, ay, habrá que esperar a que pase pronto este maldito coronavirus, hagamos de la delicadeza y la sensibilidad a flor de piel y del llanto nuestras mejores señas de identidad, logremos que la risa se refleje en los ojos y alcancemos el deseo de mejorar las cosas de este mundo unido siempre al compromiso real y sus cuidados.
Foto primera, del perfil de José L. Estalayo, gracias.
... https://youtu.be/rzp5foKF9Ps IZARO - La Felicidad
... https://youtu.be/rzp5foKF9Ps IZARO - La Felicidad
No hay comentarios:
Publicar un comentario