lunes, 27 de enero de 2020

LOS CUBIERTOS EN PIE DE PAZ


Siempre que abro el cajón de los cubiertos, colocados tan en orden, se me viene a la mente la imagen de los soldaditos de plomo en pie de guerra, y que nunca irán a ninguna, qué bien, porque ellos están en pie de comida fraternal y amistosa, y estos en pie de juego infantil de una guerra que no es guerra, porque todo es paraíso y pura y sana convivencia, juego y delicioso enredo infantil, con un poco de humor y mucha dosis de fantasía, siempre más cerca del amor que de la guerra.
Están callados y me gustan por ser quiénes son y por saber guardar silencio, -como me encanta la gente que saber callar a su debido tiempo- que solo lo rompen cuando abres el cajón y adviertes un alegre revuelo, muy sonoro, como de pregón de fiesta, al coger unos, dejar otros y advertir con agrado que los que se quedan piensan que ya les llegará su turno, sin impacientarse lo más mínimo. Callados, saltarines, orgullosos de estar siempre dispuestos al buen ataque de estar en la mesa compartiendo la satisfacción de los comensales y degustando cada bocado que se llevan a la boca con sus manos alargadas.
Volverán a su cajón, limpios y satisfechos, contarán a sus colegas hasta qué niveles han llegado los olores y sabores, el calor de los primeros platos y el gélido frío de los postres para pasar a dormir larga siesta, esperando la mano de nieve que sabrá sacarlos de su mudez. ¡Feliz descanso, amigos, les digo, nos seguiremos viendo!

Nota no tan al margen: La magnífica novela “El Museo de la Inocencia” de Orhan Pamuk, que leo estos días con gran deleite, es un catálogo novelado de todos los objetos que, a lo largo de una historia intensa y deslumbrante de amor, han tenido una importancia capital para el protagonista. Son las cosas de la casa que han dado lugar a una gran novela y esta, a un original museo, o al revés: el museo, el que ha dado lugar a una novela.
... https://youtu.be/vdR2_Yxgrio Miguel Poveda Mariza y la ONE "Meu fado meu" Auditorio Nacional de Madrid. Un buen fado, y cantado así, siempre merece la pena. Espero te guste.

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