Todo está bien cuando está allí donde debe estar, en general a buen recaudo, tanto seres materiales como inmateriales, pero cuando a algunos objetos se les coloca en un punto límite pueden desencadenar lo más imprevisible y fatalmente lo indeseado en un principio. Así el siguiente refrán chino es clarividente al respecto: “Cuando la flecha está en el arco, tiene que partir”. Podrían estar toda la vida colocados en su estuche o colgados, en la pared, pero en el momento en el que el arquero tensa el arco, le transmite a la flecha tal autonomía que ya actúa por su propia cuenta, porque ha recibido un mandato categórico ineludible, la flecha se siente impelida, “tiene que partir”, pues arco, flecha y arquero han perdido su libertad y fatalmente están llamados a dar en el blanco, ya es imposible dar marcha atrás. Ese es el problema, harto delicado, y a la postre trágico, de estar armados hasta los dientes, como lo están los estadounidenses. De las consecuencias dan noticia puntualmente y con harta frecuencia los medios de comunicación. Y lo desesperante es que no aprenden ni dan marcha atrás, tanto es el poder del rifle y sus mentores y dueños. Como los Gobiernos que gastan toneladas de euros o dólares en toneladas mil de armamento bélico que duermen, pero ya sabemos a ciencia cierta que cuando la flecha está en el arco, tiene que partir.
De similar factura es el refrán del samurái: “La espada que ha salido de la vaina, tiene que matar”. Estaba en su sitio, ya de su suyo en peligro permanente, porque su sola existencia no es precisamente para dar alegrías y vida, sino penas, dolores y muerte. Pero una vez que sale de la vaina adquiere tal poderío que se ha convertido en actor protagonista del relato, se la ha personificado, quiere decir que tiene plena autonomía y actúa en consecuencia, “tiene que matar”, está en su esencia herir o matar una vez que ha salido de la vaina.
El tercero es un refrán castellano: “Puestos a reñir, el cuchillo es el que manda”. Igualmente, con todo el poderío que el dueño le ha transmitido y ha hecho suyo. Nunca el lenguaje mata, aunque se halle en la antesala de la violencia, porque siempre hay posibilidades de reconducirlo, pero una vez que se callan las palabras y hablan los cuchillos, estos mandan y de qué manera.
El gran escritor, Rafael Sánchez Ferlosio, que ha dedicado todo un ensayo sobre la guerra, todas las guerras, utilizando estos mismos refranes, escribía: “Ese cuchillo que de pronto manda, en la riña individual y tabernaria del refrán, y suplanta a los hombres en el dominio de los hechos, hasta llevarlos a una fatalidad que nadie preveía ni deseaba queda propuesto aquí por paradigma de todas las armas, panoplias y arsenales que los hombres han inventado, fabricado y empleado como instrumentos de sus antagonismos”.
Cuando la flecha está en el arco... ¡AY!
... https://youtu.be/xL8RqALF8_M Compay Segundo y Martirio- Es Mejor vivir así... Naturalmente.
Fotografía: Shirin Neshat
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