lunes, 12 de agosto de 2019

DIMINUTOS-INMENSOS PLACERES


Voy a captar solamente dos o tres horas de cada mañana y fijarme en esos placeres de andar por casa, chiquititos, diminutos, acaso casi todos, y a la vez inmensos. Que ¿cómo se come eso? Lee, compara con los tuyos y después hablamos:
Es pleno verano y al abrir la ventana, nada más levantarme, me saluda la brisa con un “buenos días” refrescante y silencioso, que tonifica el cuerpo y despeja las telarañas de la mente. Insignificante, pero grandioso, porque además me une a mis padres, que es lo primero que hacían cada mañana, y yo entonces no me perdía un detalle.
El segundo, porque irremisiblemente la tripa está llena, es abrir el grifo y, desde hace muy poco, unos años, nada más, no se me ocurre hacerlo de pie, qué felicidad, qué descanso y qué limpieza, sin necesidad de andar detrás de las gotas persistentes, siempre, y qué liberación de que nadie te pueda regañar. ¿Tonto placer? Allá tú, porque es señal de que no lo has probado y ya sabes lo que dijo de sí, nada menos que Lope de Vega, “quien lo probó, lo sabe”, si bien se refería a otros placeres mucho mayores. Pues eso, que inmenso.
Afeitarse, todos los días del año y todos los años de una vida larga, no es ningún engorro, queda el rostro suave, casi-casi como la piel de un niño, lo cual no deja de ser una delicia, y no digamos la ducha obligada y pertinente. ¡Oh cielos!
Es verano, ya lo he dicho, pues bien, una raja de melón fresquito y una paraguaya son un manjar de dioses pequeñitos, pero dioses.
Las tostadas con aceite de oliva virgen y un poquito de azúcar morena, vienen después, sería el no va más acompañadas de un café como Dios manda, pero como el estómago y el médico me lo han prohibido, un botellín de agua hace las veces y uno se acostumbra y lo agradece. ¡Cómo está el agua, mamma mía! Y tal es así que, como me aburro mucho en el gimnasio, se me hace más corto pensando en las tostadas deliciosas. Un pequeño y extraordinario, por lo sabroso, manjar.
Y ya que estamos en el gimnasio, y he dicho lo que he dicho, se me hace más liviano si empleo el cerebro (¡ojo!, acabo de leer que tiene 86 millones de neuronas) para arropar la primera idea que me viene y que serán los primeros materiales para el próximo artículo y, en el caso de que se me antoje algo digno, estoy deseando llegar a casa para ponerme al ordenador a ver que da de sí, porque uno es impaciente, creo que ya te lo he dicho.. Y si va encarrilándose decentemente produce uno de mis mayores placeres. Nada de pequeños. Te lo digo yo, que en esto ni miento ni exagero.
Qué invento el spa, santo cielo, para los que no somos ni deportistas ni gimnastas. Nada como pasarse un ratito dejándote hacer, los chorros de agua lo hacen todo y tú te dejas querer. Ni más ni menos.
Antes de volver a casa: la recogida del periódico, el pan... y tras dar las gracias, y que te las devuelvan, agradeces a la vida que la gente se comporte cuando tú también te comportas. Y todos en paz y armonía comiéndose un poco el mundo sin derramar una gota de sangre y una sola lágrima.
... ¿Te va un fado con guitarristas superdotados? ¿Solo pequeño placer? https://youtu.be/FKFnuhdaaRM

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