Está claro que todos podemos cometerlas y ejecutarlas, es evidente: el que esté sin pecado, arroje la primera piedra, y comenzaron a marcharse los más viejos. Pero es infinitamente más grave cuando las barbaridades las cometen personas de la vida pública de peso, autoridad y gobierno. Veamos:
- El arzobispo de Burgos pide a las víctimas de violación que resistan hasta la muerte para "defender la castidad". Esto ya no lo pide ni el más tonto de la tribu. ¿De dónde se habrán caído este monseñor y los que piensan como él y rezan como él? ¡Santo cielo!
- El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, usó la red social para criticar con tintes racistas y xenófobos (sin nombrarlas directamente) a unas congresistas demócratas -algunas de ascendencia extranjera y conocidas como "El escuadrón"-, en términos que causaron revuelo. Pero lo más grave, con ser muy grave lo suyo, es que le felicitaron y le aplaudieron miles de estadounidenses. ¡Qué barbaridad, Señor!
- El precio del nuevo yate del rey de Marruecos asciende a 90 millones de euros. Es uno de los 10 yates de vela más grandes del mundo. Al tiempo que miles de jóvenes (sus súbditos), sin futuro, salen a buscar un medio de vida en otros países que les asegure una vida mejor y más digna. La barbaridad está cantada y no se puede mirar para otro lado, porque es obsceno.
- Las declaraciones del portavoz de Vox en el Parlamento de Andalucía, Alejandro Hernández, sobre la última víctima de violencia machista en Cortes de la Frontera (Málaga) al ser preguntado por la muerte de una mujer a manos de su marido, y que posteriormente se suicidó, ha levantado ampollas ¡qué menos!, digo yo. Esto afirmó: “Las dos muertes tienen el mismo resultado. La muerte es igual de grave en uno y otro caso”, hasta ahí llega su razonamiento si a eso se le puede llamar con respeto, razonamiento y no prostitución del término. – Sr. Hernández, cuide sus neuronas, y no quiera que nos volvamos locos.
- Las imágenes, ya lo ves, hacen referencia a un locutor de radio harto conocido y a un obispo, que sueltan, a la par, barbaridades por docenas, y lo peor de lo peor es que tienen seguidores, claro.
- Acabo de terminar el libro de las cartas “Correspondencia” de Tolstói, de 800 páginas y el autor, uno de los más grandes de la literatura mundial de todos los tiempos, cayó, cómo no, en una barbaridad de gran tamaño, como esta: Si te apetece juzgarla, hazlo sin miramiento: “Toda actividad periodística es un burdel intelectual del que no hay vuelta atrás”. Sr. Tolstói, parece mentira que Vd. tan cristiano y tan místico hablara así, y además escribiendo en periódicos como lo hacía con frecuencia. Pues no se entiende. Y era un genio... Aliquando dormitat Homerus.
- Y para barbaridades las últimas declaraciones, vomitivas, del señor de la cocacola, venido a más, Sr. De Quinto, más la ristra de insultos. ¿No dimite? Claro que su jefe de filas no se quedó atrás repitiendo en un breve discurso 22 veces, 22, lo de “la banda” de quienes estuvieran dispuestos a apoyar a Pedro Sánchez.
- Y más, y más, lindas perlas de Salvini, Bertín Osborne...
... Para contrarrestar tanta inmundicia un poco de buena música que, seguro, se agradece: https://youtu.be/Z0DQxI3KM7o.
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