viernes, 21 de junio de 2019

¿TIENEN FUTURO NUESTROS PUEBLOS


... ¿Tuvo que ser así? ¿Y tan doloroso?
Es la España vacía y vaciada. Vacía, porque ha sido vaciada y porque pocos ¿nadie? han puesto un dedo de forma eficaz y eficiente para detener esa sangría.
... ¿O pudo haber sido de otra forma, sin necesidad de llegar a ese final como lo demuestra de forma palpable y rotunda la imagen del carro desvencijado y abandonado a su suerte, suerte que ya es nula?
... ¿Tienen futuro nuestros pueblos? Diríase, sin rodeos y circunloquios que no tienen futuro, al menos una inmensa mayoría. Algunos, más bien miles, tienen los días contados, y si no días, pongamos unos años, muy pocos, y habrán desaparecido como Ainielle, el pueblo del Pirineo aragonés, de la espléndida novela de Julio Llamazares “La lluvia amarilla”. Resistió hasta que murió el último habitante. Van lentamente muriendo, en algunos casos demasiado deprisa. Se han ido yendo empezando por los más jóvenes y llega el momento, este, que ya son solo viejos los que quedan, resistiendo como el caso de Ainielle, hasta que quede uno solo y muera o termine sus últimos días en una Residencia de Ancianos.
... El primer pensamiento tiende a culpabilizar: ¿necesariamente ha tenido que ser así? ¿Cómo es posible que los gobiernos no hayan hecho nada o apenas nada al respecto? Y acaso no sea más que un sinsentido y un exabrupto, porque quizá no haya habido otra solución. Verás: allá donde había 50 ó 60 labradores de un par de mulas hay ahora dos o tres tractores que lo labran todo y mejor, por más hondura y soltura de la tierra. El verano más largo que una cuaresma, casi tres meses, ahora se hace en día y medio. Sobra gente. No es este el lugar para dar de comer a todos, y estudios, y un tiempo libre más allá de los juegos de cartas en el bar y los tintos en la barra tras largas horas de charla amistosa o aburrimiento hasta el hastío. Se estrechan demasiado los caminos y pareciera que se borran todos.
... Enseguida damos recetas y pensamos en algunas opciones: per ejemplo en las cabeceras de comarca que podrían haberse cuidado más y de mejor manera, y no estar condenados al hacinamiento de las grandes ciudades, dotados de muchos más medios y recursos y centros educativos, culturales y sanitarios de mayor alcance que el actual. Pudiera haber sido una solución.
... ¿Y qué decir del día del voto disputado del Sr. Cayo?, se les ve ir y venir a la espera de la foto para no volver hasta pasados cuatro años y así sucesivamente.
... Y acaso es que no hay más salida que la salida de estampida y de cada cual a su aire, porque ese mundo rural ya no tiene sitio en la encrucijada actual compleja a la espera de un encaje más humano y al mejor servicio de hombres y mujeres. Puede ser.
... El grito de la joven veterinaria y escritora, María Sánchez, en su precioso libro “Tierra de mujeres”, queriendo dar voz y proyecto a las mujeres, quizá haya llegado demasiado tarde sobre esta tierra que ella llama, con valentía y acierto: “España vaciada”. Sus últimas palabras son un SOS urgente y reivindicativo: “Nuestro medio rural morirá si no sabemos transmitir a los que vienen su importancia y su cuidado. Y no solo nuestro medio rural, sino toda la biodiversidad que vive en él, nuestros pueblos, nuestras costumbres, nuestras historias, nuestra cultura”.
... ¿Tienen futuro nuestros pueblos? Una inmensa mayoría parece que no. Aunque nos duela, y nos duele.

No hay comentarios: