sábado, 27 de abril de 2019

IDA VITALE - LECCIÓN DE HUMILDAD Y SABIDURÍA



Dejadme que celebre, a mi manera, el premio último de la Feria Internacional de Guadalajara (México), por ahora, de los muchos que está recibiendo esta mujer, poeta uruguaya de 95 años, Ida Vitale, compañera de Mario Benedetti y amiga de Octavio Paz. A mi manera, ya digo, con dos pequeños inmensos poemas:
Gotas

¿Se hieren y se funden?
Acaban de dejar de ser la lluvia.
Traviesas en recreo,
gatitos de un reino transparente,
corren libres por vidrios y barandas,
umbrales de su limbo,
se siguen, se persiguen,
quizá van, de soledad a bodas,
a fundirse y amarse.
Trasueñan otra muerte.
Como nosotros, ¿heridos, fundidos? Somos nosotros mismos con frecuencia y con harta frecuencia, otros, una más de nuestras muchas personalidades, serios o no tanto, juguetones y responsables a la vuelta de todas las esquinas, entre grandes amores y desamores tenebrosos, soñadores de otras vidas y no digamos otras muertes tan diferentes a la que quizá, en mala hora, se avecina, porque ¿quién lo sabe? Es la magia o el duende de la poesía que te lleva a los pensamientos más altos y a los sentimientos más profundos, y solo a través de la imagen, como en este caso, de unas gotas triviales y anodinas en libre caída por los cristales.
Estar solo
Un desventurado estar solo,
un venturoso al borde de uno mismo.
¿Qué menos? ¿Qué más sufres?
¿Qué rosa pides, sólo olor y rosa,
sólo tacto sutil, color y rosa,
sin ardua espina?
Estar solo, a veces, solo la muerte es peor, por eso desventurado quien no habiéndola elegido está más solo que la una. Y, tantas otras, una gozosa ventura al borde de uno mismo, como dice Ida Vitale. Pero me importa entrar en tu mundo más íntimo y saber si tan ensimismado estás en ti mismo que te olvidas, borracho de vino y rosas, momentos refulgentes para la eternidad, de los días que, aunque mejor no hubieran sido, también te hicieron, también existieron en toda su plenitud. Ya lo sabes: luces y sombras, rosas y espinas, días de noches de bodas y funerales al atardecer. La vida. Anda, y cuéntatelo, cuéntanoslo, si lo tienes a bien y si te hace bien.
Ida Vitale, gran poeta, y por eso mismo proclama tener un enorme respeto al lenguaje y a no hablar en vano. Poeta y maestra y “dueña del infinito” como se le ha llamado.
Nota no tan al margen: 1.- Si la prensa se hacía eco esta mañana del premio a Ida Vitale, lo mismo hacía con Concepción Arenal, una de las intelectuales más lúcidas y avanzadas del siglo XIX, y que ha sido noticia porque se acaba de publicar una biografía: “Concepción Arenal - La caminante y su sombra”. Su autora, Anna Caballé. La leí, la disfruté y dejé aquí una leve muestra, en su día). 2.- Dos meses después de escribir esto le conceden el Premio Cervantes a Ida Vitale, cómo me alegro, y en estos días, a su 95 años, lee el discurso de agradecimiento en Alcalá de Henares, discurso que es toda una lección de humildad y sabiduría.

No hay comentarios: