sábado, 9 de marzo de 2019
... CUANDO NOS PONEMOS EN MARCHA
“Ignoramos nuestra estatura hasta que nos ponemos de pie”. Emily Dickinson
Somos una balsa de ignorancia hasta que comenzamos a recordar y el diminuto charco se va transformando en pequeños mares primero y océanos después. ¡Es tan larga una vida y tan infinitos los recuerdos! Ya lo sabes: en cada vida, por insignificante que sea, existe una biografía que pudiera alcanzar la gloria en manos de un buen escritor o un no menos bueno director de cine.
Nos creemos poca cosa, una ligera cometa a merced del viento, hasta que comenzamos a ensanchar nuestras experiencias y sin saber ni cómo ni cuándo adquieren densidad pensamientos, sentimientos y pasiones que ni nosotros dábamos tres cuartos por todo ello. Y nos crecemos.
Ignoramos la magnitud de nuestras posibilidades hasta que alguien con la varita mágica de la inteligencia y la confianza en el otro logra sacar los tesoros más ricos e inimaginables.
... pero alguien te miró fijamente a los ojos, cuando nadie lo había hecho de aquella manera tan cálida y potente, ya no te has detenido desde entonces y la carrera está siendo imparable, aún sigues en el camino como el primer día.
Fueron pequeñas bolas de nieve por todo el territorio: manifestaciones de pequeñas decenas de mujeres que creían en una causa justa y tuvieron que pasar muchos años hasta lograr una marea incontestable y un acontecimiento universal. El 8 de marzo ha hecho historia y está llamado a romper marcas y fronteras así como dejar al desnudo a quienes no lo entienden o su soberbia se lo impide. Los hombres debemos estar ahí en su lucha que es la nuestra, la de todos y todas.
Ha sucedido en un pueblecito de Cádiz, Zahara de la Sierra, en donde un pequeño grupo de mujeres se pusieron de pie, se organizaron, se asociaron, y después de 20 años son 200 que tienen un hermoso trabajo que llevarse a sus vidas. Los cenizos de siempre barruntaron: “estas durarán dos días”, “vienen a quitar el trabajo a los hombres”. La revolución era feminista o no iba a ser. Y lo es: Gestionan la piscina municipal, la playa de un lago cercano, una escuela de verano, un asador y un catering que ya alimenta a 200 personas al día. Reparte comida en seis guarderías, un centro de mayores y un ambulatorio. No cesa el orgullo guapo: “Nos estamos haciendo famosas porque elaboramos guisos típicos y naturales con productos de aquí... y que la gente se acostumbre a que nosotras también somos emprendedoras”.
No olvidemos la cita de Emily Dickinson: “Ignoramos nuestra estatura hasta que nos ponemos de pie”, que es de donde he partido para irme por estos derroteros.
Publicado por
ÁNGEL DE CASTRO GUTIÉRREZ
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0:49
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