viernes, 8 de febrero de 2019

TÚ NO PUEDES VOLVER ATRÁS...


“Tú no puedes volver atrás”, tu camino se va haciendo al andar y si lo haces hacia atrás te destruyes a ti mismo, a ti misma. Menos mal que no es posible, pero si lo fuera, sería auto-antropofágico y espantoso. No es que te conviertas en estatua de sal, que esa historia bíblica es espeluznante, y nada real, sino que hace de ti un ser débil, indeciso, nada arriesgado, ni aventurero, de tanta como hermosa necesidad, en exceso nostálgico, pavorosamente conservador. Poner la mirada hacia adelante es colocarte en dirección de la utopía que te llama con feliz constancia, y que es la forma más digna, elegante, lúcida y transformadora de ir por la vida.
Mirar hacia adelante es lo que importa: que la leche derramada no se merece ni una sola lágrima, ni un solo suspiro. Te lo enseñaron tus abuelos y después tus padres, no les puedes defraudar, no debes. Para hacer derecho el surco, me enseñó mi padre, recio y sabio labrador de Tierra de Campos, deben tomarse dos puntos de apoyo por delante en línea recta, y son ellos los que tiran de ti como una buena yunta de bueyes. Si miráis hacia atrás tenéis perdido el surco recto. Habéis perdido el premio en el concurso de arada, el mejor premio de hacer un buen camino en la vida.
No, no mires atrás que te esperan buenas noches, días estupendos, nuevos caminos que recorrer, momentos en los que brillará la luna, para ti, como nunca, ¿quién se atreve a decir que no?, por no hablar de todo lo que vas haciendo, que te hace más y mejor, porque lo haces al acorde de los otros y con ellos que es como el camino sale mejor y más digno de ser vivido. Pero nunca hacia atrás, ya lo sabes, ese no es tu camino. Te lo diré mejor aún, con los versos de un poema magistral de José Agustín Goytisolo “Palabras para Julia”, que no me caso ni de leer ni de citar:
“Tú no puedes volver atrás
porque la vida ya te empuja
como un aullido interminable”.
Leerlo completo nos reconcilia con el empuje mejor y más sano de un extraordinario programa de vida.
Nota no tan al margen: Qué tristeza y cansancio da ver cómo por el mundo mundial y las múltiples Españas mucha gente mira con nostalgia a la Edad Media, más aún, al paleolítico y al nacionalcatolicismo que creíamos haber superado. Los nombres te los dejo a ti, mi querido lector, mi entrañable lectora.

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