viernes, 22 de febrero de 2019

SIEMPRE MACHADO - 22 de febrero


Y no falla, tanto si estás aburrido, como si te falta la inspiración, o apesadumbrado, o con ganas de lanzarle mandobles al viento, o harto de leer menudencias de tres al cuarto. Es la fuente que mana constantemente de sus versos, un agua cristalina y fresca y muy potable, naturalmente.
¡Cómo no detenerse ante estas dos estrofas!
1ª.- “¿Dices que nada se crea?
No te importe; con el barro
de la tierra, haz una copa
para que beba tu hermano”.
Me dan miedo los que pasan de todo, y los que saben más que nadie, y sobre todo cínicos, deslenguados, descreídos, después de habérselo tragado todo, ni en el milagro de la vida que cada segundo nos ofrece miles de dones, de regalos esplendorosos, de vida a espuertas. Pero aun así, no discutas más, no marees a todas las perdices del páramo y el valle juntos, porque lo que importa no son tus sagradas opiniones, tus elevados discursos sobre el sexo de los ángeles, tus disquisiciones metafísicas sobre el acá y el más allá, porque todo eso es humo barato, más incluso que el humo de los celtas cortos, porque lo que importa de verdad es que con el barro de la tierra, que hay en abundancia y lo tienes al lado, bajo tus pies, hagas, hagamos, una copa para que beba tu hermano. Y ya sabes tanto si eres de Izquierdas, Derechas y ahora de VOX, que es lo que menos nos hacía falta, o si eres blanco, negro, inmigrante, guapo, feo y sinvergüenza, camionero, abogado o albañil. Esa es la meta, esa es la ruta más imperiosa, más que todos los discursos y banderas juntas, las medias verdades, las mentiras más insidiosas, las ofertas más descabelladas y demagógicas. Insisto con Machado: una copa para que beba tu hermano, y si puedes, entre todos podemos: una casa, calefacción en invierno, una pensión digna, becas para los que no tienen ni un solo céntimo... Ah, y de paso no coger ni un solo euro del común, ni siquiera desearlo si lo tuvieras fácil para llevártelo como tanto patriota a las islas vírgenes y paraísos fiscales. Una copa -que no se nos olvide- para que beba tu hermano.
No insistas sobre si se puede o no se puede, si merece la pena o no, si crees o no crees en los milagros, o te enzarzas tú mismo sobre las entelequias que a nada conducen. Hablamos demasiado. De nuevo viene el poeta a enseñarnos el camino que todos nosotros, tú y yo, estamos llamados a hacer, porque no está marcado, ni creado, ni andado, claro está. Tú, a lo tuyo, y si eres alfarero, a tus cacharros, que es donde está tu vida y la de los tuyos. Haz tu copa, y deja de darle vueltas a lo tonto, si no vales, o no puedes, o no hay barro, porque vales, puedes y hay barro en abundancia. Nunca es verdad que no haya barro o no puedas hacer barro:
2ª.- “¿Dices que nada se crea?
Alfarero, a tus cacharros.
Haz tu copa, y no te importe
si no puedes hacer barro”.

Nota no tan al margen: Aprovechando que ayer fue 22 de febrero, 80 años de la muerte del poeta sevillano, quiero dejar estos dos versos finales de Raquel Lanseros, de su poema titulado “22 de febrero”:
“Dicen que desde entonces en Collioure
no ha dejado jamás de ser invierno”. Y que comienza con el verso final de Machado: Estos días azules y este sol de la infancia.

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