viernes, 28 de diciembre de 2018

SALEN DETRÁS TODAS LAS JAULAS


“Cada vez que nace algo nuevo salen detrás todas la jaulas”. Franz Kafka. Sí, todas la jaulas, y algunas ¡de qué manera!
Sería ilustrativo recorrer la historia con este pensamiento al lado, cómo se ha llevado a cabo en la práctica y ajustándose al milímetro toda su veracidad. Aunque más práctico será acercarse a lo más cercano, a lo que está ocurriendo, naciendo en nuestro tiempo: El Dr. Montes solo trataba de dar un tratamiento humano en los últimos momentos difíciles de la vida y abanderó la causa de la muerte digna. Con rapidez inusitada aparecieron las jaulas, fue acusado de causar la muerte mediante sedaciones terminales irregulares a 400 enfermos del Hospital Severo Ochoa de Leganés, por fortuna fue posteriormente absuelto.
Sería también muy ilustrativo trascribir ese listado infinito contra Darwin por enseñar al mundo su teoría de la evolución. Parece ser que solo se confundió en un pequeño detalle. No venimos directamente del mono, todos los primates son hermanos nuestros, ramas de un mismo tronco, lo que quiere decir que mucho más primitivos y nada humanos nuestros primeros padres. Y estos son datos empíricos, pura ciencia. No importa, todavía siguen algunas jaulas saliendo de las cavernas.
Oí despotricar en mi pueblo, a un señor “de horca y caudillo”, contra la minifalda, y pocos años después criticar de igual forma y a voz en grito el uso de la maxi, comentando expresamente que donde estuviera una buena mini que se quitaran todas las maxifaldas juntas. Tan real como la vida misma.
Ya lo dejó escrito uno de los principales representantes de la Ilustración, Voltaire, en “Diccionario Filosófico”: “La especie humana está hecha de tal manera que los que andan por el camino trillado tiran piedras a los que enseñan uno nuevo”. Y ya sabemos todo lo que ha caído hasta nuestros días sobre uno de los movimientos culturales e intelectuales más importantes de la historia, como este de la Ilustración y todo lo que ha seguido tras su estela. Pues eso.
La imagen primera lo dice todo. Esos gritos que sobrepasan en mucho el nivel de la selva no invitan a la concordia, la tolerancia y el civismo al que estamos llamados. ¿Están pidiendo la cicuta igual que hicieron con Sócrates, maestro sabio y bueno, que enseñaba a los jóvenes a pensar y a dudar? Seguro que sí.
La segunda da un poco de miedo por el miedo invencible a salir de la cárcel adornada de jaula de ese perro incapacitado para disfrutar del aire libre y correr monte arriba.

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