sábado, 12 de mayo de 2018

LAS AVENTURAS DE DOS CARACOLES


Tan pegados a la roca que parecen roca y naturalmente no lo son, porque hay diferencias abismales entre dos rocas de similar tamaño y estos dos encantadores caracoles.
Algo tendrán, y unido a la inspiración de Lorca, en su maravilloso poema: “Los encuentros de un caracol aventurero”, nos dejan un tanto patidifusos. En el romance endecha del poeta andaluz nos asomamos asombrados, desde el principio, oyendo el canto entre las hierbas de un manantial, y el caracol, pacífico, burgués de la vereda, contempla el paisaje. Pacífico está a la vista, pero ¿burgués?, pues también, porque ha tomado su sendero y no hay quien le aparte y si pretendes tocarlo levemente con las yemas de los dedos se esconderá tras su caparazón y ya no le importa que se hunda el mundo, no va con él. En cualquier caso, logra correr a su paso, para qué ir más deprisa a los sitios, tantas veces, alocados y sin brújula, una espléndida aventura, que le dará pie para hacer un recorrido por la política, los vicios de la sociedad, los atajos y sinsentidos de las religiones y un retrato de ranas, hormigas y abejas que viven también instaladas en su caparazón, hecho a su medida y su cortedad de miras y sensibilidad escasa. Lorca, siempre único y genial.
¿Sabías que al hacer el amor, o como se llame eso, tratándose de caracoles, se entretienen horas y horas y no te da envidia? El Caracol se aparea sólo una vez en su vida, pero cuando esto sucede el coito dura 12 horas. No está mal.
Al final del romance maravilloso de Lorca, ante tanta hipocresía, fanatismo y crueldad de lo que ha visto a su lento paso, se decide continuar su dulce caminar, sin pensar demasiado, ¿para qué?: “Y el caracol, pacífico / burgués, de la vereda, / aturdido e inquieto / el paisaje contempla”. Fin del romance.
Puesto, una última cita, de Chantal Maillard: “Es tiempo de deponer las ansias. Caracol, mejor que erizo. Indefenso pero ligero, lleva consigo su casa, su morada; la construye con su propia saliva a medida que va creciendo. Así ha de ser el poeta para los tiempos que vienen. Humilde, anónimo si pudiera. Porque lo que dice, lo dice para todos y es en boca de todos cuando halla cumplimiento”. Bello, ¿verdad?


Nota no tan al margen, para comentar cómo se cocina un plato literario como este. Me llamó la atención la imagen, la foto formidable que captó la cámara, y la guardé, pero enseguida pensé que no había nada que hacer. No llegaba la inspiración. Y aprovechando que vas al Gimnasio y generalmente te aburres dando pedales en la bici estática o caminando por la cinta, comienzas a darle vueltas, te llegan las primeras ideas, te agarras a las imágenes que van saltado de aquí y de allá, insistes, resistes, persistes, y al cabo de un tiempo no muy largo está el artículo, mejor o peor, pergeñado a la sombra de dos poetas. Y como la impaciencia no me deja, en cuanto llego a casa ya sé lo que tengo que hacer. Y salió lo que salió: eso. Si Vds. gustan...

2 comentarios:

José-Ángel Palacios dijo...

Gustamos. Gracias, ha quedado genial.

ÁNGEL DE CASTRO GUTIÉRREZ dijo...

Gracias, José Ángel, un abrazo