domingo, 15 de abril de 2018

SI QUIERES LA PAZ...


No, no ha nacido ahí por generación espontánea ni porque las balas sirvan de mantillo para que crezcan las margaritas. Es lo que estás pensando: alguien ha puesto ahí esa flor porque, a buen seguro, le estaba hiriendo la imagen y trataba de enmendar la plana al dicho latino, si quieres la paz prepara la guerra, más bien: encender una humilde candela para iluminar la oscuridad, romper la fría y salvaje imagen de las armas mortíferas con una bella flor en todo su esplendor de luz y color, de mensaje luminoso y sonoro y poner una palabra cálida donde todo es cacareo insultante, sabor a óxido y muerte.
Si quieres la paz no pienses en la guerra. Ante las matanzas de adolescentes en Institutos de Enseñanza norteamericanos no se les ocurre a Donald Trump y los suyos más que armar a los profesores para prevenir muertes ¡qué barbaridad, para apagar el fuego más gasolina!, y así ante la violencia de los monstruos no quieras añadir más muerte, más palabras obscenas, más sangre, el viento de la venganza. Ese es el camino de la guerra pura, dura y abierta. Desde ese ángulo no hay salidas a la paz.
Si quieres la paz, prepara la paz, lucha por la concordia, la convivencia pacífica con las armas de la tolerancia, el respeto al diferente dejándole un espacio al lado de tu asiento, una porción de tu misma tarta, la búsqueda de espacios para una integración aceptando, reconociendo y valorando que esta porción de mundo que nos ha tocado en suerte, como el mundo entero, nos pertenece a todos, y el bien social y la supervivencia están por encima de la propiedad personal de cada uno, aunque nos duela y algunos no lo acaben de entender. Porque no habrá paz mientras la desigualdad sea tan hiriente y la injusticia campe a sus anchas.
Si quieres la paz, busca los caminos que conducen a la ciudad de la alegría, el buen humor, la buena vecindad, el deseo de degustar, entre todos, los frutos de la tierra, y aunque suene a utopía, saber que caminar hacia allí es el mejor modo de ir construyendo un mundo en donde jueguen lobos y corderos, sellen pactos partidos de muy diferente ideología, porque entienden, ya era hora, que son prioritarios los asuntos que más le duelen al personal a quien le agobia no llegar a final de mes, tener un familiar con grave discapacidad y no poder cuidarle como es debido las 24 horas del día y así sucesivamente si se pasa lista a todos los asuntos sociales.
Si quiere la paz, Sra. de Cospedal, no se gaste diez mil millones en material de guerra en el Ministerio de Defensa, cuando a su lado en otros Ministerios están con la soga al cuello, haciendo malabares y demasiados recortes.
Si vis pacem, para bellum, es una máxima latina que significa «Si quieres la paz, prepara la guerra». Atribuida erróneamente a Julio César, en realidad deriva de un pasaje del escritor romano de temas militares Vegecio, en el libro III de su obra Epitoma rei militaris, posiblemente escrita alrededor del año 390.
«Si quieres la paz, prepara la guerra». ¡Qué barbaridad! ¿No sería mejor esta otra máxima, más acorde con la sensibilidad de hombres mujeres actuales, que podría ser así: si quieres la paz, prepara la paz, trabaja por la paz, lucha por la paz y haz lo posible y lo imposible porque no surja la guerra?
Si quieres la paz, por favor, no armes a un niño. La segunda fotografía hace daño a la vista, a la razón y al corazón.

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