lunes, 4 de septiembre de 2017

LA OBLIGACIÓN DE ESCUCHAR AL NIÑO QUE LLEVAMOS DENTRO


Una vez más la lección nos viene de los más pequeños, de los que no saben, de los más insignificantes, de esos a los que no damos ninguna importancia cuando estamos tratando los asuntos trascendentales de la existencia, olvidando que lo primero y principal es la búsqueda del otro, el encuentro, la convivencia, el trato, el pacto, el juego y el primer trozo de espacio y tiempo para compartir los sueños, el juego, la vida.
El artista vio lo que los demás vemos, pero no sabemos plasmarlo de esa manera y con la diferencia de que él se detuvo, dio marcha a su potencia creadora y nos estampó una obra de arte de hondo significado: dos adultos, hombre y mujer, que no se aguantan, se detestan, creen que lo mejor es darse la espalda, encerrarse en su mundo canijo de enemistad y rechazo, frente a los dos niños que llevan dentro, y que lo único que desean y a lo que aspiran es a tocarse, buscarse primero porque necesitan encontrarse, tocarse, y necesitan el roce de la piel para comenzar enseguida el juego, que para ellos es la tarea primordial, sin lo cual nada vale la pena. Cada uno puede sacar sus propias conclusiones sobre el significado de la obra, lo que no obsta para leer lo que el propio escultor, Alexander Milov, escribió sobre su obra: “Demuestra un conflicto entre un hombre y una mujer así como la expresión interna y externa de la naturaleza humana. Su ser interior tiene forma de niños transparentes, quienes se cogen de las manos a través del enrejado. Cuando se oscurece, los niños empiezan a brillar. Este brillo simboliza la pureza y sinceridad que une a la gente y da la oportunidad de arreglar las cosas cuando llegan los tiempos oscuros.”
Mejor nos iría si escucháramos más al niño que llevamos dentro porque, sin lugar a dudas, es lo más inocente, brillante, transparente, original y sin dobleces de lo que deberíamos estar orgullosos.
Escuchar y retener sus interrogantes aunque nos parezcan sin sentido y cerca del absurdo.
Aprender a mirar como ellos miran, indagan, destripan, se ensimisman en lo que están haciendo olvidando lo demás. Nadie como ellos para entender el Carpe diem.
Ser incapaces de guardar rencor, porque por mucho mal que reciban lo olvidan y tratan de ir a lo esencial, volver al juego en el que les iba y les va la vida.
No encerrarse en ninguna jaula y, aun en el caso de que alguien o ellos mismos se encierren, ellos son capaces de salir al instante porque no soportan la soledad impuesta, el aislamiento, los espacios carcelarios, la noche oscura, el pozo de todos los miedos. Ya digo: Es obligado escuchar al niño que llevamos dentro, y de paso, al joven que fuimos y al adulto que estamos siendo.


Escultura de Alexander Milov

1 comentario:

Unknown dijo...

Dear Angela
I love this photo of this sculpture . I would love to have a high resolution copy to it - can you please help?
Many thanks in anticipation of your help
Kindest Regards
Carmel
email: cmvr172002@yahoo.co.uk