miércoles, 5 de julio de 2017

CUANDO EL MONTE SE QUEMA ALGO NUESTRO SE QUEMA, SR. CONDE


La niña de la imagen ha sabido decir NO, estar abiertamente en contra de un mundo de humos e industrias contaminantes a lo bestia y se ha puesto a trabajar desde sus pocos años y débiles fuerzas, pero algo es algo. Ya lo decimos muchos: ponte a cuidar tu jardín y estás logrando que el mundo sea más bello, recicla tus basuras, selecciona cada cual y arrójalas en el contenedor adecuado, no tires papeles, escupitajos -siempre me pregunto por qué las mujeres no hacen esa cochinada-, recoge la caca de tu perro, no arrojes por nada del mundo una colilla encendida desde el coche... y casi sin querer estás haciendo más habitable este planeta.
“Cuando el monte se quema, algo suyo se quema... señor conde”. J. J. Imaz al analizar el famoso chiste comenta que el gran humorista Perich añadió a la incipiente consigna ambientalista un añadido cómico de profundo contenido social. De acuerdo. Hoy, sensibilizados como estamos en asuntos medioambientales, todos nosotros añadiríamos, al “señor conde”, algo nuestro se quema, porque el monte, aun en el caso de que sea del señor conde, no es solo suyo y, si se quema, mucho de lo nuestro se achicharra.
La niña de la ilustración, como alumna aventajada que es en imaginación y en pintura, ha captado la idea, saca lo mejor de sí misma, copia lo que le viene bien de la realidad y la cambia por lo que siempre debió ser y lo que debería seguir siendo: un paisaje limpio, un cielo azul y unas nubes algodonosas y blancas como el algodón y la nieve misma y de paso el aire no contaminado.
No lo hemos hecho bien, no lo estamos haciendo bien. Y pareciera que adrede estamos quemando la casa entera. Por eso nos parece tan grave la actitud aberrante de Donald Trump, como la de otros líderes de nuestro suelo patrio, de dar la espalda a uno de los más graves problemas de la actualidad, porque estamos a punto de cargarnos la tierra entera. Este ritmo de locura, incendios, humos, calentamiento de los polos -mucho mayor del que se creía, según los últimos estudios internacionales- no hay planeta que lo soporte mucho tiempo más.
Gracias, guapa, por la hermosa lección que nos estás dando
y ojalá aprendamos como tú a hacer un mundo más habitable. Mil gracias, señora, por ponerle música a cuanto encuentra a su paso y a nuestra mirada.


Ilustraciones de Alessandro Gottardo y Shiego Fukuda,

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