jueves, 6 de abril de 2017

CÓMO INFLUYE EL MAR EN EL CEREBRO


Todos, creo que sin excepción, cuando nos hemos acercado al mar y hemos paseado por la playa con los pies descalzos, hemos sentido una gran sensación de bienestar y paz.
En la actualidad los neurocientíficos nos devuelven la pelota a la vez que profundizan y piensan que la explicación radica en nuestro cerebro.
Estas son las 4 maravillas del mar en nuestro cerebro, expuestas por la psicóloga Jennifer Delgado, que ampliaré a mi aire.
1. Provoca un estado meditativo
El sonido de las olas del mar estimula un estado meditativo y potencia una actitud de enorme concentración. No en vano la imagen del mar, el sonido de las olas, la placidez que sentimos sentados o paseando por la arena se utilizan en sesiones de relajación. Según los estudios de estos expertos todo ello repercute en las ondas cerebrales vinculadas a un estado de atención, claridad mental y estimulación del pensamiento creativo.
2. Estimula la creatividad
El mar hace que cambiemos y que se active la red neuronal que es la que está vinculada con la aparición de ideas originales y creativas. No estaría de más que, al menos, lleváramos un libreta para tomar apuntes que, posteriormente, podemos utilizar ara nuestros escritos o dibujos y si tienes dotes musicales para seguir el ritmo de las olas cuando está están guardadas en la memoria.
3. Genera un poderoso estado de asombro y admiración
La inmensidad del mar nos contagia, nos hace experimentar una mezcla entre asombro y admiración hacia lo que tenemos delante. Nos ayuda a olvidarnos del ruido y las preocupaciones adherentes a la vida actual de prisas y agobios.
En este sentido, psicólogos de las universidades de Stanford y Minnesota han descubierto que esta experiencia puede potenciar una profunda sensación de bienestar haciendo que pensemos más en los demás y seamos más generosos.
4. Mejora el desempeño cognitivo
El entorno en el que nos desenvolvemos está cargado de energía tanto negativa como positiva. Se ha descubierto que la energía negativa del mar genera un estado de activación. Estudio realizados por psicólogos han desvelado que los iones negativos tienen un efecto positivo en nuestro actividad cognitiva. Otro estudio realizado en la Universidad de California desveló que los iones negativos también estimulan la producción de serotonina en el cerebro, la que contribuye a que nos sintamos más relajados y a la vez llenos de energía.
¿No habría que añadir alguna más, conforme a las vivencias de cada cual? Las mías siempre suelen ser, además de las cuatro reseñadas, la de sentirme a la altura que me corresponde ante tanta grandeza que admiro y que me sirve para contrarrestar todo tipo de engreimiento y egocentrismo, lo que es tan saludable y hasta hermoso. Y cuando desde casa veo las imágenes de los inmigrantes que se va tragando el Mediterráneo se me rompen todos los esquemas.
Estoy seguro de que todos nosotros alargaríamos estas maravillas que produce el mar: su sonido intermitente, el ir y venir de sus olas, sus aguas que nacen o mueren en la playa y tocan el horizonte, la relajación y sensación de bienestar son tales a modo de gran burbuja que jamás quisiéramos abandonar. Bastará con esta tarea que pondré algún día en mis talleres de escritura: El primer día que vi el mar.

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