jueves, 23 de marzo de 2017

¿QUIÉN SOSTIENE A QUIÉN?




Él la sostiene a ella: ojalá sea así siempre, pero mucho mejor que se sostengan los dos.
Ella domina la situación, ¿será siempre así? Lo mejor es que ambos, a dúo, la dominen, tanto si viene a derecho como si viene torcida.
Ella es libre, aunque le ha costado lo suyo llegar a ello y debe ser celebrado por los dos todos los días de su vida.
El recibe toda la pasión que le está viniendo encima, pero ¿aprenderá la lección de usar esa virtud sin que se salga de madre y rompa todos los diques?
Ella está indicando el horizonte que se irá haciendo camino mar adentro hasta que el ímpetu se enfríe y la pasión sea una rosa marchita, por lo que habrá que buscar otras pasiones menores y nuevos sentidos de vivir día a día más vigorosos que la pasión.
Él siente escalofríos de pensar en un futuro tan incierto y el miedo le ata en exceso a la orilla.
Ella le invita a navegar, desnudos como los peces de la mar.
Él, al final, se anima, y disfruta de ir pegado a ella, cosido a sus besos.
Ella se deja llevar, pero no suelta los remos, porque cree que su fuerza es imprescindible.
Él y ella, tendrán que ir aprendiendo estrategias contra el desgaste de la convivencia, siempre enganchados a la ternura -nos salvará la delicadeza- construyendo pequeños oasis para los días de frío y niebla y poder disfrutar días y noches del ancho mar y de cada recodo que encierran los fantásticos secretos de la vida.
¿Quién sostiene a quién?:
Él a ella y ella a él. Como debe ser, como tiene que ser. Y no hace falta añadir que ahí va incluido el buen reparto del cuidado de la casa y todo lo mucho que ésta conlleva, de los hijos y los hijos de los hijos y todo el largo etcétera que va unido a una familia de bien... pensar y buen hacer.

2 comentarios:

Luis del Pozo dijo...

Fundirse, hacerse uno, confundirse con el otro, donde ¿quién sostiene...? es imposible de apreciar incluso por la física cuántica y es que el AMOR no se ajusta al sistema métrico decimal.
Un abrazo Ángel

ÁNGEL DE CASTRO GUTIÉRREZ dijo...

Gracias, Luis, un abrazo