lunes, 27 de febrero de 2017

LA MEJORES CUITAS


Debe de ser un artilugio anterior a los aparatos de la tecnología actual, pero tan enfangados están en no sabemos qué cosa que solo existe para ellos ese momento de curiosidad, de intentar desentrañar sus tripas y emocionarse juntos del descubrimiento al que están llegando.
El chaval viene de familia bien por su impecable vestimenta, no haber pasado hambre y un peinado que nos lleva a la mano de la mamá o probablemente de la servidumbre de la casa.
La niña nos despista más en cuanto a intuir su procedencia, pero lo que sí está claro es que lleva la voz cantante, su concentración y tener bien metidas las manos en la masa. El niño bien, y más bien timorato, está de segundón, quisiera adentrarse en el juego aunque hay algo en el rostro, en la mano y en las piernas que le impiden ser protagonista en el proceso del que la niña es responsable al cien por cien, no obstante está asimismo muy concentrado.
Los veo de mayores, cada uno por su lado, no me parece que hayan llegado a nada en proyecto de pareja y vida en común. El terminará haciendo oposiciones para Notarías o para el Registro de la Propiedad y ella irá de acá para allá, unas veces haciendo teatro, otras escribiendo lo que el momento la dicte, hasta terminar en Filología inglesa, pasear por medio mundo y siempre sacando el mayor jugo posible a la vida desde una apuesta por la libertad y la independencia.
Se volverán a ver en algún momento, pasados, pongamos los cincuenta, y tardarán en reconocerse, hasta que ella le diga a por a y b por b lo qué hacían en la calle muchas tardes y a qué jugaban. Él repeinado, traje y corbata conjuntada de Hugo Boss, con muy buenos modales devolverá los recuerdos con monosílabos, y será de nuevo ella quien lleve la mayor parte de la conversación en un encuentro frío, y como ve con rapidez que no va a dar más de sí se despide del amigo de infancia alargándole la mano para decirle adiós, no sin antes manifestarle que ha sido un placer haberle visto porque le ha hecho recordar algunas de las mejores cuitas de su niñez que perduran con aires de nostalgia de un tiempo pasado, ay, que se fue...
Pero como en todo cada cual puede hilvanar su historia preferida. Allá tú...

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