jueves, 26 de enero de 2017

DESIERTO Y OASIS



“La vida es desierto y oasis” es un verso de Whitman de uno de sus más famosos poemas, “No te detengas”, que bien podría servirnos para escribir a su aire y tras su estela lo que se nos ocurra al alimón. Te invito.
Para ambientar el espacio y crear un clima lo más adecuado, ahí van otros dos versos impagables del mismo poema, que a mí me traen de cabeza y no perdono su olvido, por lo que voy dando la vara a aquellos que me escuchan con docilidad o rebeldía:
“No dejes que termine el día sin haber crecido un poco.
No permitas que la vida te pase a ti sin que la vivas”. Empezamos:

La vida es desierto en donde no crece la hierba, allí donde te mueres de frío cuando es de noche y te achicharras con el fuego de un sol abrasador e inmisericorde. En qué vida humana, por muy humana que se precie, no hay amplios territorios de frío y soledad, fuego destructor y más de un arranque bárbaro que arrasaría si se viera con un puntito de poder. Lo recuerdas como yo, cuando te quedas solo aparecen los fantasmas de lo que un día estuvo a punto de ser y no fue por milésimas de segundo o por un amigo que te sacó en el momento más oportuno. Errores, payasadas indignas de quien se cree listo, lúcido y buena gente, algunas cosillas hasta vergonzosas, pensar solo en ti cuando solo había que estar pendientes de los otros, no mover ni un solo dedo cuando había que entregarse en cuerpo y alma... puro desierto plano, monótono y gris, egoísta y patético. Y si hablamos de la calle y la plaza pública, el foro... cuántas veces resulta inviable, rúa oscura, plaza ensimismada donde no es posible la confrontación civilizada, foro sin debate enriquecedor y pacto de amigos. Lenguaje homófobo, repugnante y vomitivo de algunos comentarios sobre Bimba Bosé tras su muerte y de paso a Miguel Bosé, hace unos días.

Pero la vida es oasis, vida en esplendor, frescura cuando alrededor todo es sequedad y calor sofocante, caricia antesala del beso y del abrazo alargado y tierno, saber compartir tanto si se tiene mucho como si se tiene poco, aunque ya sabemos, tú y yo, que quien tiene mucho es porque comparte poco o nada, risa fresca y carcajada sonora y contagiosa, respeto y agradecimiento de lo que fue y gracias a ello somos, carpe diem estimulante y una puerta abierta a la esperanza, sabedores de que todo puede suceder algún día de estos que no haya sucedido y nos obligue a sorprendernos... agua abundante, vegetación plena, vida feliz y abierta al canto y la celebración en grata compañía. La plaza de Vicente Aleixandre:
“Hermoso es, hermosamente humilde y confiante, vivificador y profundo,
sentirse bajo el sol, entre los demás, impelido,
llevado, conducido, mezclado, rumorosamente arrastrado.
No es bueno
quedarse en la orilla
como el malecón o como el molusco que quiere calcáreamente imitar a la roca.
Sino que es puro y sereno arrasarse en la dicha
de fluir y perderse,
encontrándose en el movimiento con que el gran corazón de los hombres palpita extendido”.
¿Mi deseo? Que en vuestra vida abunden los oasis.

No hay comentarios: