lunes, 14 de noviembre de 2016

TIEMPOS DE RESISTENCIA



Tomo prestado el título de un magnífico artículo, una vez más, de Elvira Lindo, para componer el mío propio y animarte a que hagas lo mismo, si te place, y se alargue aún más la sombra protectora del ciprés para contrarrestar el fuego abrasador de las propuestas del Sr. Donald Trump:
• Diré no a la incitación al miedo, al odio y a la intolerancia, dado que siempre mis valores han ido en dirección totalmente contraria, como espero y deseo que así sean los tuyos.
• Diré no al desprecio, menosprecio y actitud machista en general frente a las mujeres, aceptando con pena infinita el que tantas mujeres le hayan dado su voto (el 53%, que ya es decir).
• Por mi sangre, como por la tuya, corre mucho de la sangre de los musulmanes, los negros, los mexicanos, los indocumentados..., todos ellos son de los nuestros, de la familia, por lo que nada de ellos nos es ajeno, ni puede serlo. ¿No procedemos todos de un tronco común y de una madre africana?
• Frente a la desesperanza, el hartazgo, la mirada para otro lado y la resignación, lucharé impulsado por la utopía de un mundo más sano y aspiro a comprometerme para conseguirlo con mi palabra, mis gestos y mis actos unidos a los tuyos.
• Sostengo que no todo está perdido, a pesar del Brexit, el no al pacto de paz en Colombia, el triunfo de este personaje tan siniestro y de todos los que le han votado.
• Lucharé con todas mis fuerzas por encender una luz en medio de la noche, un gusto más refinado frente a todo lo hortera e indecente y aportar mis restos de lucidez e inteligencia contra la maldición, la ignorancia y la estulticia.
• Digo NO a lo que puede que sea la raíz del problema: la desigualdad social en todo tiempo y lugar y hasta en los periodos de crisis -el colmo de los colmos- en donde se enriquecen, mucho más todavía, los que son más ricos.
• Digo NO a la creación de más monstruos, porque lo nuestro -ha sido posible y lo seguirá siendo- está en seguir contrarrestando esos perfiles y creando hombres buenos, líderes que sepan crear, junto a sus conciudadanos, una historia en donde los grandes y mejores sueños se hagan realidad.
• Digo SÍ a unir mi voz a la voz de todos los que creen en estos valores y los hacen suyos, mi mano a cuantas manos deseen unirse para llegar, si no a la victoria final, a la conquista de grandes espacios mejor habitados y más habitables y poner un poco más en orden el actual desconcierto mundial.

Y de igual forma, como hice con el título, copio el final del artículo de Elvira Lindo: “Y que San Leonard Cohen vele por nosotros”. Pues eso.

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