lunes, 21 de noviembre de 2016

EL ARTE DE LA INSINUACIÓN O LA BELLEZA DE LA CURVA


Esta imagen es de Isabel Muñoz que ha recibido recientemente el Premio Nacional de Fotografía. La foto casi no dice nada, pero casi lo dice todo de tanto como insinúa, de tanto como sugiere, por eso mismo me encanta la imagen, esa pose y esas líneas que juguetean con la mirada al escondite de la niñez, y quizá, por eso y otros valores le hayan galardonado con ese premio tan importante.
Insinúa, sugiere, da alas, hace trabajar la imaginación del espectador, labor tan imprescindible si de estar activo y creativo se trata, que es a lo que nos invita todo artista que se precie: no dar la obra cerrada, sin ninguna puerta entreabierta, al menos, para dar con otras lecturas similares o diferentes a la suya, con otros caminos a los que él mismo fue descubriendo mientras exploraba los territorios de la creación.
El jurado del galardón destacó la "trayectoria profesional" de Isabel Muñoz, en la que "combina el compromiso social con la búsqueda de la belleza, ahondando en temas como el cuerpo, el rito o la diversidad cultural". Ella respondió así: "Mi interés ha sido el ser humano. Aunque en las personas haya zonas oscuras, siempre hay una parte de luz, el ser humano no puede vivir sin esperanza. Me ha interesado mostrar lo que está detrás del movimiento, los sentimientos. Y me gusta fotografiar desnudos porque son la pureza del ser humano". Por eso gusta lo que capta con su cámara, porque hay profundidad, porque deja trabajar al que mira su trabajo, porque detrás de la mirada de los seres humanos y de los simios, con los que se paraliza el tiempo, nos revela lo mucho que hay tras esas miradas, tras esos cuerpos.
En su día escribí sobre la diferencia entre lo puramente lineal y lo curvilíneo, entre la recta y la curva, apostando, lógicamente, creo recordar, por la curva, infinitamente más sinuosa, y por lo tanto insinuante, dinámica, y por lo tanto sugerente y creativa que, precisamente por esas sinuosidades y dinamismo innovador, nos facilita e impulsa a ser creadores y sacar de humildes propuestas otros mundos posibles, todo aquello que no se ve a simple vista y que te obliga a rellenar.
Hay que dejarse llevar limpiamente, dejarse deslumbrar, para ver más y mejor, por esas caderas río arriba y darse de bruces con el bello rostro de una mujer hermosa, a buen seguro, y con tanta vida e historias que contar a nada que te descuides y sepas escuchar con el mayor de los respetos y la magia de la empatía.

2 comentarios:

Carmen Cubillo dijo...

Bella imagen, interesante fotografía,curiosa reflexión.

ÁNGEL DE CASTRO GUTIÉRREZ dijo...

Gracias, Carmen, por seguir ahí.