lunes, 7 de noviembre de 2016

DEJARSE LA PIEL


“Dejarse la piel” o similares. Ojalá no oigan más esas frases mis castos oídos, ni vuelvan una sola vez al ruido ibérico, porque las han desgastado tanto que ya están amortizadas, hechas polvo, ceniza y humo sin sentido.
Es una hipérbole que no se sostiene, porque además de ser una auténtica barbaridad produce mucho miedo en los más pequeños de la tribu y a quienes llevamos un niño que siempre va despierto, despejado y sensible. Y nos produce vanos escalofríos.
El ciudadano de a pie, que somos mayoría, no quiere ni pretende con su voto que nadie se deje la piel a trozos, queremos algo bastante menos drástico y sangriento y algo mucho más valioso, por ejemplo: “que nadie escupa sangre para que otro viva mejor”, que decía el bueno de Yupanqui, propuestas concretas contra la desigualdad creciente, de forma que los que poseen mucho posean menos y los que apenas tienen tengan bastante más, que todos duerman en piso digno con ventanas a la vida, una vida decente sin que nadie se arrodille ante nadie, una sanidad a merced del enfermo y a su servicio, una enseñanza acorde con una educación para la ciudadanía, libre, plural y gratuita... desde la cuna a la sepultura, si posible fuera, y lo es, y puestos: que nadie se lleve nada a paraísos fiscales para no pagar al fisco, ni le pegue tantas mordidas y comisiones ilegales, porque si eso es indecente en todo ciudadano, es más imperdonable en aquellos que nos representan, y cuando se les coge que dejen de ser cínicos, confiesen y devuelvan lo mangado con tan malas artes, que el poder nos les corrompa y les corrompe cuando ya no ven al vecino de enfrente a su altura, la del vecino, que no lleva guardaespaldas, ni coche oficial, ni secretaria que le sirve el café calentito y los caramelos para endulzar la mañana y largos emolumentos, qué significará esa palabreja, como diría Juan José Millás, quien ha dicho también, y viene a cuento: “¡Qué peligro, el de estos señores con sentido de responsabilidad!” Se refiere a los que se han abstenido para dar el Gobierno a Rajoy.
Y vale para todo hijo de vecino que se sube a las barbas de muy malas formas y nos suelta con frecuencia que como él no hay dos currándoselo hasta dejarse la piel en el empeño. Habría que decirle por lo bajo para que aprenda a no alterarse y saber andar un pelín más a lo humilde: menos lobos, Caperucita.
Los queremos a todos enteros y salvos y sin que nadie se queme a lo bonzo o a lo estúpido, haciendo más horas de las debidas en reuniones de trabajo que no lo son tanto, porque cuando se trabaja se hace en el tajo, en el despacho o en la oficina..., pero nunca en un restaurante de cinco tenedores a cargo del erario público, tal y como aparecen facturas en algunos reinos de España.
Sí, compórtense, curren, trabajen dentro de la norma y dejen ya de dejarse la piel y los testículos y vayan de normales por la vida. Se lo agradecerán su mujer, novia, compañera o pareja y todos nosotros. Y de paso, pónganse a currar de una vez, señores del gobierno y de la oposición, pero dejen de alardear de ir perdiendo la piel en el empeño.

No hay comentarios: