domingo, 21 de agosto de 2016

EL ALFABETO DE LOS PÁJAROS



Tras “La larga vida de Marianna Ucrìa”, de la italiana Dacia Maraini, que me encantó, tengo suerte últimamente, porque no hace tanto he dejado algún libro antes de llegar a la mitad, y ahora estoy embarcado de lleno leyendo la deliciosa novela de Nuria Barrios, “El alfabeto de los pájaros”, y como decían tantas buenas cosas de ella: Ángel Gabilondo, Fernando Marías, Carmen Chacón, Margarita Riviera, Marcos Giralt Torrente..., me la traje a casa junto con otra que me recomendó Juanje, el alma mater de la biblioteca de Viana de Cega y de todo lo que se mueve relacionado con la cultura del municipio.
Comienza como un cuento clásico: “Érase una vez una niña que salió volando de China, perseguida por un dragón...” y como si de Las Mil y una noches se tratara, la escritora, licenciada en filosofía, poeta, novelista, narradora de cuentos y articulista, convertida en Scherezade, va hilvanando historia tras historia, en boca de la madre de Nix, la protagonista, para calmar el dolor del abandono y aliviar su pena, el desconcierto y el profundo desarraigo que la niña adoptada siente, contado todo como si estuviéramos ante una fábula escrita magistralmente, con una carga poética de alto voltaje y una enorme sensibilidad, que se disfruta y se agradece, ¡cuánto nos queda por aprender a los hombres!, ¿los escritores, también?, muchos, desde luego.
Es la historia de una adopción, el homenaje al vientre materno -la barriga de la madre de la barriga que con tanta fuerza obsesiva busca Nix- y al amor de los padres, la dedicatoria es todo un guiño, “para las madres verdaderas”, que por si no estaba claro se esclarecerá en las páginas interiores, tanto unas como otras, las que pudieron engendrar como las que en el amor han hecho posible la recreación de un nuevo ser, con un mérito y un coraje ejemplares.
“La voz aquí creada por Nuria Barrios, se dice con acierto en la contraportada, otras veces se nos da gato por liebre, nos adentra en el corazón de una niña extraordinariamente sensible e ingeniosa. “El alfabeto de los pájaros” es una novela sobre lo que significa ser adoptado, sobre las heridas feroces que provoca el abandono, sobre el olvido y la memoria y sobre la fuerza conmovedora del amor. Pero sobre todo es una novela sobre el poder de la imaginación”.
Las preguntas de Nix se suceden intermitentemente en la novela de forma obsesiva y la madre con angustia intenta averiguar las respuestas que terminen con sus pesadillas.
“A la mujer le hubiera gustado decirle a Nix que hay sucesos dolorosos que no pueden borrarse como si fuesen manchas de pintura. Permanecen obstinados en nosotros igual que fantasmas en una habitación. No desaparecen por más vueltas que hayamos dado a la llave que cierra la puerta. Hay épocas en que los fantasmas aúllan sin descanso y otras épocas en que permanecen callados, pero siempre están ahí y hay que aprender a vivir con ellos. A la madre le hubiera gustado explicarle todo eso a su hija, pero no encontraba las palabras”.
Y será un pájaro, de ahí El alfabeto de los pájaros, un Cuco, el pájaro que pone los huevos, precisamente en el nido-hogar de otros pájaros, quien la llevará en sueños hasta el origen: “la barriga de la madre de la barriga” y le dejará el mensaje-respuesta a sus infinitas y recurrentes preguntas:
“La familia te es dada siempre. Te es dada aquella que te adopta y también aquella en la que naces. No es posible elegir a la familia, pero el amor sí es una elección... Aceptarlo o no aceptarlo es tu decisión”.
Insisto si no ha quedado meridianamente claro: una novela altamente recomendable, es mi opinión muy subjetiva, naturalmente, porque cuando me gusta algo la boca se me hace agua y me salen ditirambos por la orejas.

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