martes, 26 de julio de 2016

LA LARGA VIDA DE MARIANNA UCRÌA




Lo prometí, recientemente, tras leer las breves semblanzas de dos mujeres: Dacia Maraini y Jon Morris. Dije que me habían cautivado y entrado deseos de leer algunos de sus libros y ya he cumplido, al menos, con la escritora italiana, sobre la que volveré, porque me ha enganchado su mirada sobre la vida, el mundo y sus alrededores. Bellísima novela “La larga vida de Marianna Ucrìa”. Versa sobre un personaje insólito y de una enorme riqueza: la duquesa Marianna Ucrìa, quien tras sufrir un violento incidente -se desvelará casi al final-, a los cinco años queda sordomuda, tal vez para encerrarse en su mundo y proteger su intimidad, hecho que se afianzará aún más al ser obligada a contraer matrimonio a los trece años con un tío carnal suyo, cuarenta años mayor que ella, solterón solitario, extraño y siniestro personaje, de muy difícil convivencia, con el que tendrá cuatro hijos y otros tantos muertos, sin haberse enterado de engendrarlos, puesto cerraba los ojos en el gran momento, deseando que pasase cuanto antes lo que para ella era un mal trago. "Seguramente él nunca se ha preguntado si ese asalto le agrada o no. El suyo es el cuerpo que él coge, que ensarta. No conoce otra manera de acercarse al regazo femenino. Y ella lo ha dejado del otro lado de los párpados cerrados, como un intruso." Hasta que, una vez muerto su tío marido, arranca una historia de libertad, tolerancia, igualdad, rompiendo barreras entre las clases sociales, y encontrar los placeres de la carne, tal y como había aprendido en su refugio predilecto: en los libros de la biblioteca de la casa, en donde abundaban las obras de los filósofos y enciclopedistas de la Ilustración, Hume, de forma especial, lejos ya la cárcel a la que la vida, la familia y las costumbres de una sociedad siciliana del siglo XVIII la habían condenado. “¿Puede una mujer de cuarenta años, madre y abuela, despertar como una rosa tardía tras un letargo que ha durado décadas, para pretender su ración de miel? ¿Quién o qué se lo prohíbe? ¿Tan sólo su voluntad? ¿O acaso también la experiencia de una violación tantas veces repetida que ha terminado por volver sordo y mudo su cuerpo entero? ... Un momento más tarde no puede dejar de volver a mirarlo: ese cuello, esas piernas, esa boca, parecen estar allí para darle espanto y contento”.
Este es el principio de una nueva vida, hasta descubrir el cuerpo y el alma del otro, cumplidos los cuarenta.
“Cómo llegó a encontrarse desnuda junto al cuerpo desnudo de Saro, es cosa que Marianna no sabría explicar. Sabe que fue sencillísimo y que no sintió vergüenza. Sabe que se abrazaron como dos cuerpos amigos, y que acogerlo dentro de sí fue como volver a encontrar una parte de su propio cuerpo que creía haber perdido para siempre”.
Diré que es la novela que con mayor rapidez he leído en mucho tiempo, con gran disfrute para los sentidos y la imaginación, de tal forma que continúa la historia porque se ha quedado en alguno de los rincones de mi memoria y espero que para largo.
Alta literatura la de esta mujer, mantiene el pulso y el suspense, con un perfecto estudio y descripción de todos y cada uno de los personajes, como las distintas clases de la Sicilia del siglo XVIII, la nobleza y los villanos, los conservadores con sus lacras y supersticiones y quienes comienzan a recibir la influencia liberadora de la Ilustración, dejando abierta la puerta al final de la novela para que anide en cada lector, haga suya la historia y la alargue si lo tiene a bien, algo que se agradece, como se hubiera agradecido que no finalizara el relato de Dacia Maraini. ¡Se estaba tan a gusto en su larga historia...!
“¿Dónde se cobijará, ahora que su casa le parece demasiada enraizada y previsible? Le gustaría echársela a las espaldas como un caracol y moverse sin saber hacia dónde. Olvidar la plenitud de un abrazo deseado no será fácil. El dique está allí, conteniendo cada gota de recuerdo, cada migaja de deleite. Pero ha de haber también algo más, algo que pertenece a l mundo de la sabiduría y de la contemplación”.
Fin de la novela y el principio de nuestros relatos bullendo en la imaginación. 
 
 

2 comentarios:

Carmen Cubillo dijo...

tú comentario es tan ágil, en mostrarnos una vida tan especial, que despiertas el ánimo hacia su lectura.

ÁNGEL DE CASTRO GUTIÉRREZ dijo...

Gracias, Carmen, muy amable.