viernes, 19 de febrero de 2016

UN DESNUDO ¡CUÁNTO SONROJO!





¿Qué hemos hecho para que los desnudos más naturales con los que vinimos al mundo, en su forma y fondo, nos sean tan antinaturales, con frecuencia tan perseguidos, muchas veces tan incompresiblemente sonrojantes?
¿Qué demonios nos metieron, casi antes de nacer, para que sintamos tanto pudor por ver “nuestras vergüenzas”? Claro que hablando de esa manera y habiéndonos educado con ese lenguaje tan necio y estúpidamente pudoroso, no es de extrañar.
¿Cómo entender que quizá se estén escandalizando esas mujeres al ver un cuerpo hermoso como el suyo? Aunque quién sabe si lo están mirando y contemplando con una envidia que se les sale por los ojos, lo que me encantaría y, al menos, deseando llegar a casa para arrojar al suelo velos, vestidos externos y hasta los más íntimos, y tras lavarse y perfumarse quedarse adorando un tantico esos cuerpos que los santos profetas se atrevieron a decir que son templos de los dioses. No seré yo quien les lleve la contraria en esto.
¿Cómo no nos volvimos absolutamente locos quienes tardamos tanto tiempo, tantos siglos, en descubrir la belleza del cuerpo del hombre y de la mujer, y todo el inmenso placer que supone pasear por su piel y adentrarse en los vericuetos más sabrosos del cuerpo y los entresijos más profundos del alma?
¿Quién lo entiende?
¿Qué hemos hecho?
¿Por qué nos educaron tan mal?
¿Por qué seguimos haciéndolo sin haber aprendido de una vez por todas?
¿Quién entiende que alguien por un puñado de euros venda su alma al diablo, los valores culturales de todo un país, con una historia de belleza y verdad incomparables e inconmensurables, y mande ocultar las lindas y hermosas “vergüenzas” para que las miradas de jeques imperiales no se turben?
¿Qué les han hecho?
¿Qué nos han hecho?
¿Qué seguimos haciendo?
Pero..., dejémonos ya de palabras y preguntas y, abriendo bien los ojos -si aún te quedan telarañas, quítatelas- quedémonos contemplando la hermosura de ese cuerpo desnudo que nos regalara Modigliani. Y si ese desnudo te lleva a “La maja desnuda” de Goya y a “La Venus del Espejo” de Velázquez, mejor que mejor.
Deja que te lo diga con Benedetti:
“Una mujer desnuda y en lo oscuro
genera una luz propia y nos enciende,
el cielo raso se convierte en cielo
y es una gloria no ser inocente,
una mujer querida o vislumbrada
desbarata por una vez la muerte”.
MARIO BENEDETTI. Una mujer desnuda y en lo oscuro. Por ...
https://www.youtube.com/watch?v=amaBfAnWaQE
Canta Joan Manuel Serrat

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